El Acueducto de Albanchez se mantiene estable pero “hay que actuar ya”

El Acueducto de Albanchez no es sólo una herencia arquitectónica de hace siglos e incalculable valor. Es también un símbolo para los vecinos de este pueblo del Almanzora que hace unos días mostraron su preocupación debido a la deformación que tras las últimas lluvias ha presentado uno de los arcos de esta obra de ingeniería.

Las alarmas se dispararon y el alcalde actuó de forma inmediata solicitando ayuda a la Diputación Provincial de Almería mediante sus arquitectos y técnicos. La respuesta tampoco se hizo esperar y este mismo jueves, solo unas horas después del aviso, los arquitectos de la Administración provincial evaluaron junto al alcalde la situación del acueducto, por cuya estabilidad no hay que temer por el momento pero que, al mismo tiempo, requiere de una actuación urgente para que los problemas no sean mayores ante próximos temporales.

"Van a hacer una valoración de los daños y en función de esa valoración se hará un proyecto", explica a este periódico el alcalde, Amador López, quien añade que "intentaremos asegurarlo cuanto antes para que tras las próximas lluvias se pueda conservar y no se deteriore más".

De hecho, el regidor se muestra relativamente aliviado porque los daños no hayan sido mayores, sobre todo por la pérdida de un patrimonio histórico como este, pero también porque en este caso, los costes de afrontar la restauración serán menores. "Ahora mismo está un poco descolgado y tampoco es tan costoso". Sin embargo, el alcalde advierte que "hay que actuar ya y hacerlo, no vaya a ser que caiga".

López ha descrito en durante una entrevista en la Cadena SER Levante lo que supone este monumento para el pueblo. "Es el emblema del pueblo y vamos a poner todo lo que está en nuestro alcance para moverlo rápido y que cuanto antes se pueda solucionar", ha reconocido, confiando en que "de tiempo a arreglarlo, aunque no parece ser que vaya a caer".

Eso sí, el alcalde de este pequeño pueblo no se fía y sabe que cuanto antes se asegura su estabilidad, mejor. "Nadie puede poner la mano en el fuego".