Emilio Barranco Figueroa, 65 años, casado, se salvó junto a otros cuatro compañeros aquella trágica madrugada donde perecieron ahogados siete marineros. Sus ojos se pierden en la entrevista al recordar a sus compañeros: "Aquella noche fue terrorífica. Lo tengo en la mente cuarenta y tres años después como si hubiera ocurrido ayer. Íbamos navegando para Areyns de Mar, porque anteriormente dos horas antes habíamos recogido el bote de la luz por avería. Sentí un poco después un golpe tremendo que llegué a pensar que habíamos llegado a Puerto. Y no era el puerto. Era una embestida del mercante que nos puso boca abajo después de una vía de agua que le hizo, nos arrastró 160 metros. Aquello fue terrorífico. Sólo se escucharon los gritos de mis compañeros dos minutos… y un silencio rotundo".
Comenta que "la suerte hizo que los cinco marineros que estábamos en proa, el golpetazo hizo que se hiciera una cámara de aire en la boca escotilla y la que tapaba una colchoneta. Era un espacio pequeño y todos queríamos salir de golpe. Entraba agua pero no podíamos salir al exterior. Y poco a poco cuando se acababa el aire y el agua nos llegaba al cuello pudimos salir sumergidos bajo agua."
El panorama en la superficie era desolador. Eran las 06:45. El pesquero aún estaba boca abajo con la quilla al sol. La cámara de aire había provocado un olor a azufre, por su escasez de oxígeno.
Emilio Barranco que en aquella fecha apenas contaba con 22 años, pasó un tiempo mal, fatal, recordando aquellos gritos de desesperación y pese a todo, volvió a la mar hasta su jubilación. Por sus venas no corre sangre, corre la sal.
"Me fui a levante para buscar la vida. Estaba soltero. Aquí en Adra había poca pesca. Yo estuve embarcado antes en "El Paquito", en la época del boquerón. El capitán del mercante tenía cara de haber bebido y me sorprendió al decir que antes de chocar esquivó bidones de aceite. Y yo le pregunté ¿Esquiva bidones y no ves un barco que es más grande?."
Intenta olvidar pero no se le va de la mente. Con el último que habló en aquella noche fue con Paquillo, hermano de los dueños del pesquero. Los familiares de Emilio pensaron que el estaría entre las víctimas. En Adra, como en Arenys de Mar, se vivieron momentos dramáticos al conocer la noticia.
Emilio matiza que "he llorado mucho, aún me quedan lágrimas al recordar. He rezado por mis compañeros. Eran todos muy buenas personas La vida no fue justa con ellos. Si no hubiera pasado esta desgracia hubiéramos ganado mucho dinero. Había mucho pescado".
De los doce tripulantes de "El Colorao", solo queda Emilio. Siete perecieron ahogados. Cinco se salvaron. Cuatro de ellos fallecieron en el trascurso de estos últimos cuarenta y tres años.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/235353/el-ultimo-superviviente-del-pesquero-el-colorao-de-adra