El Tribunal Supremo (TS) decide este miércoles la suerte del proceso judicial por la presunta violación grupal a una vecina de Campohermoso (Níjar) la madrugada del 11 de abril de 2016.
La Sala Segunda de lo Penal ha señalado la votación y fallo de los recursos de casación presentados por las defensas de los tres acusados frente a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Será ponente el magistrado Ángel Luis Hurtado.
J. M., A. E. y A. M. fueron condenados en la Audiencia Provincial de Almería a 13 años de prisión por un delito de agresión sexual y un año por un delito de lesiones por hechos cometidos a la salida de un bar de copas en Campohermoso.
Sin embargo, tanto las defensas como la acusación particular recurrieron ante el TSJA. El Alto Tribunal andaluz acogió la tesis de los acusadores y elevó la pena a 16 años de prisión (15 años por violación y un año por lesiones).
Según la resolución de la Audiencia de Almería, los acusados perpetraron una violación en grupo a una joven en un descampado de Campohermoso (Níjar) aquella madrugada de abril de 2016 y le produjeron “múltiples hematomas, erosiones y contusiones”.
Recursos de casación
“La víctima relató con todo lujo de detalles la secuencia de hechos, negando categóricamente su consentimiento a mantener relaciones sexuales con los procesados”, añade la resolución adelantada por LA VOZ DE ALMERÍA.
Según declaró en instructor de la guardia civil, un forense definió el episodio como “una agresión sexual de libro” tras hacer una primera exploración de la joven de 24 años, representada por Gonzalo Rodríguez y Martín de los Reyes Martínez.
El TSJA acogió la tesis establecida por la jurisprudencia de la denominada Manada de Pamplona y endureció la condena inicial entendiendo que cada acusado era autor de una agresión sexual y cooperador necesario en la violación de sus compañeros.
Por el contrario, J. M., A. E. y A. M. siempre negaron la autoría de los hechos, presuntamente cometidos en el interior de un vehículo en un descampado.
Uno de ellos negó haber estado en el lugar de los hechos, mientras que los dos restantes rechazaron durante todo el proceso haber agredido a la joven.
Las defensas, ejercidas por los letrados Mónica Moya, Enrique Sánchez y José Miguel Ramos incidieron especialmente en el encuentro de dos acusados y la joven con un dispositivo de la Guardia Civil aquella noche, justo después de la supuesta violación. Según su relato, ni los agentes vieron indicios de una agresión sexual ni la joven pidió auxilio. Tampoco se hallaron muestras biológicas porque la denunciante lavó la ropa y solo reveló los hechos a un amigo.
Las defensas
Las defensas creen que la denunciante intentaba ocultar un sentimiento de vergüenza por haberse ido con los jóvenes, pero que no existen pruebas de cargo para acreditar que la chica hubiera sufrido una agresión sexual ni un abuso. “Nos sentimos víctimas, tanto yo como mi familia, por lo que estamos pasando aquí y en el pueblo”, resumió J. M. en su declaración.
Los letrados habían solicitado la celebración de una vista en el Tribunal Supremo para exponer los argumentos de su recurso, aunque la Sala de lo Penal no ha notificado tal acto y ha fijado la votación para el próximo miércoles, según la agenda publicada.
Los tres acusados, actualmente en libertad, se enfrentaban inicialmente a peticiones de hasta 23 años de prisión. La víctima compareció en la sala sin público y con una mampara para evitar el contacto con los tres procesados.
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