Malu Mansilla
01:00 • 12 mar. 2012
La atención social que realiza Colega Almería se amplía año a año. Si en 2010 la entidad atendió un total de 632 consultas, realizadas por 290 usuarios, el año pasado fueron cerca de 400 las personas que se acercaron a esta entidad, que atendió un total de 748 consultas. Un asesoramiento muy diverso, pero que en seis de cada diez casos tiene un fondo común: la discriminación por orientación sexual o identidad de género.
Tranquiliza, sin embargo, el presidente de la entidad, Antonio Ferre, al explicar que “no todos los casos que llegan a la asociación son por problemas graves relacionados con agresiones físicas, ya que en este sentido solo llegaron unos cuatro casos”.
El resto de atendidos, explica el encargado, “han podido tener problemas en el ámbito familiar o de acceso a lugares públicos, porque en algunos sitios llegan a echarlos o a no dejarles entrar y, por ejemplo, les dicen que van demasiado gay vestidos”.
También consultan por disputas en el trabajo, “hay muchos casos de este último relacionados con chistes de mal gusto, algún tipo de acoso o desprecio en este ámbito y no solo en empresas privadas, también en la administración pública”, relata.
El problema es que “la mayoría no está dispuesto a denunciar y todo se queda en indignación”. Pide, por ello, Ferre, “que se denuncie porque cuantas más denuncias se interpongan, antes cambiará la normativa actual”.
Por otro lado, el 25% de las consultas que llegan a Colega están relacionadas con temas de salud sexual. Así, el año pasado se realizaron entre 150 y 160 pruebas de VIH, de las que solo el 1% dio positivo.
Un 9% de las dudas son sobre actividades relacionadas con la entidad, como acciones y propuestas sobre temáticas generalistas que afectan a las personas LGTB, así como informaciones relativas a campañas puestas en marcha por la asociación.
La entidad atiende a los usuarios tanto de forma presencial, como por Internet o por teléfono. Según los datos de Colega, el perfil de los usuarios del pasado año es el de varón, de 31 años, sin estudios universitarios y en estado de búsqueda activa de empleo.
En cuanto a los problemas relacionados con homofobia, Antonio Ferre indica que muchos de ellos se dan en el entorno rural “donde todo el mundo se conoce, mientras que en la capital una persona puede ser mucho más anónima”.
Incide el presidente de la entidad en que Colega amplía cada año más su perfil de atendidos y entre ellos hay cada vez más personas heterosexuales.
Tranquiliza, sin embargo, el presidente de la entidad, Antonio Ferre, al explicar que “no todos los casos que llegan a la asociación son por problemas graves relacionados con agresiones físicas, ya que en este sentido solo llegaron unos cuatro casos”.
El resto de atendidos, explica el encargado, “han podido tener problemas en el ámbito familiar o de acceso a lugares públicos, porque en algunos sitios llegan a echarlos o a no dejarles entrar y, por ejemplo, les dicen que van demasiado gay vestidos”.
También consultan por disputas en el trabajo, “hay muchos casos de este último relacionados con chistes de mal gusto, algún tipo de acoso o desprecio en este ámbito y no solo en empresas privadas, también en la administración pública”, relata.
El problema es que “la mayoría no está dispuesto a denunciar y todo se queda en indignación”. Pide, por ello, Ferre, “que se denuncie porque cuantas más denuncias se interpongan, antes cambiará la normativa actual”.
Por otro lado, el 25% de las consultas que llegan a Colega están relacionadas con temas de salud sexual. Así, el año pasado se realizaron entre 150 y 160 pruebas de VIH, de las que solo el 1% dio positivo.
Un 9% de las dudas son sobre actividades relacionadas con la entidad, como acciones y propuestas sobre temáticas generalistas que afectan a las personas LGTB, así como informaciones relativas a campañas puestas en marcha por la asociación.
La entidad atiende a los usuarios tanto de forma presencial, como por Internet o por teléfono. Según los datos de Colega, el perfil de los usuarios del pasado año es el de varón, de 31 años, sin estudios universitarios y en estado de búsqueda activa de empleo.
En cuanto a los problemas relacionados con homofobia, Antonio Ferre indica que muchos de ellos se dan en el entorno rural “donde todo el mundo se conoce, mientras que en la capital una persona puede ser mucho más anónima”.
Incide el presidente de la entidad en que Colega amplía cada año más su perfil de atendidos y entre ellos hay cada vez más personas heterosexuales.
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