Un escalofrío agridulce recorre el cuerpo al pisar el abandonado
poblado de ‘El Arteal’, el que fuera allá por los años 50
residencia de más de 900 operarios de la empresa nacional minera
M.A.S.A. (Minas Almagrera Sociedad Anónima), es hoy un lugar
abandonado totalmente engullido por la vegetación.
Este recinto se
construyó con el objetivo de contratar a personal de distintas
localidades por la falta de mano de obra cercana para la realización
de los trabajos en el distrito minero de Sierra Almagrera. Así se
decide construir este poblado de viviendas para los obreros con
familias que también contaba con un pabellón para trabajadores
solteros.
Las alrededor de 200 viviendas adosadas de este
poblado se distribuyen en un total de 20 bloques de pisos de dos
plantas y unidos entre sí por dos arcos creando una especie de
jardín interior que hoy en día se intuye solo en la imaginación,
ya que se observa totalmente cubierto de maleza.
La
edificación de este poblado se terminó a finales de 1952 y contaban
con todas las comodidades de la época o incluso mejores que la de
algunos hogares vecinos, tales como cuartos de baño completos,
termos, cámaras de aire en las paredes externas, etc.
Actualmente al
asomarte a cualquiera de los 20 portales solo puedes observar
decadencia. La vegetación se entremezcla con los restos de
transeúntes que parecen haber decidido descansar en este lúgubre
lugar. Litros de cerveza, palanganas de aseo o incluso un colchón
viejo son los últimos atisbos de vida del antiguo poblado
minero.
Eso sí, los que pudieron gozar de la época
gloriosa de este lugar encontraron servicios de primera. El recinto,
muy similar a una colmena, contaba con servicio médico de un
cirujano especialista en traumatología, el pequeño hospital del
poblado estaba dotado de sala de rayos X, quirófano y autoclaves de
desinfección, entre otros servicios.
El poblado de El
Arteal llamado así por la zona donde se construyó, disponía además
de cine de verano y de invierno (este último con butacas de alta
calidad y las paredes recubiertas con fibra de vidrio para que el
sonido no saliera del local). Cuartel de la Guardia Civil, escuelas,
panadería y un hogar del productor con salas de lectura y billar
donde los trabajadores mineros pasaban sus ratos de ocio. Todo ello
pensado para que las familias no tuvieran que desplazarse de la
empresa en Sierra Almagrera.
Sin embargo, el gran
esplendor que se vivía en este pequeño asentamiento de obreros tuvo
una vida muy corta. En 1958 se levantó acta de defunción de esta
última etapa en la historia de la minería en Sierra Almagrera, cuya
acta de nacimiento había sido sellada por un decreto en noviembre de
1944.
El Arteal se encuentra hoy contemplando tierras utilizadas para la agricultura intensiva, mientras la naturaleza campa a sus anchas por sus callejuelas y él permanece impasivo como un recuerdo, ya olvidado, de la época minera que vivió la zona de Las Herrerías.
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