El día de más calor del año en el interior; el más sudoroso en la costa sur

Se había anunciado, se esperaba, pero esa certeza no ha restado ni un ápice de ‘sufrimiento’ a los almerienses que residen en las comarcas del interior de la provincia e incluso a aquellos que viven en las zonas costeras del levante.

La jornada de ayer se ha convertido, de hecho, en la más calurosa en lo que va de verano para el conjunto de la provincia. Los termómetros se disparaban desde primera hora de la mañana y alcanzaban máximas superiores a los 40 grados en muchos puntos, especialmente los  situados en el Valle del Almanzora, en el norte, en el litoral del levante o en el Valle del Andarax.

‘Achicharrados’
La máxima del día se pareció más a las temperaturas que sufren con frecuencia los vecinos del Valle del Guadalquivir, en provincias como las de Sevilla o Córdoba que en una Almería que suele quedarse fuera de esos registros. Se dio en la pedanía huercalense de El Saltador, donde se rozaron los 45 grados centígrados.

Por encima de los 40 grados localidades como Macael, Albox, Arboleas, Partaloa, Tabernas o Vélez Rubio; y muy cerca de esas máximas otras del Valle del Andarax, Nacimiento o la Alpujarra Baja como Fiñana, Abla, Gérgal, Fondón, Bayárcal, Berja, El Ejido, donde se superaron los 37 grados, o Vícar, donde llegaron a los 40 grados ayer.

El levante
Si la semana pasada la zona costera del levante provincial se ‘salvó’ del fuerte calor reinante, gracias a la aportación de aire del mar que trajo el viento de levante, esta vez ha sido diferente y el viento de poniente elevó mucho los termómetros y sumió a esa franja litoral en temperaturas que rondaron los 40 grados o algo más.

Destacó Las Negras, donde se midieron 41 grados a mediodía de ayer, uno de los días más calurosos que se recuerdan en el pueblo. En Pulpí se quedaron rozando los 39 grados y en Carboneras estuvieron también rozando esa temperatura.

Costa sur
Almería tiene esas cosas; en función de la procedencia del viento las temperaturas suben o bajan. El levante, que tanto castiga a la capital y su entorno, es más fresco en el litoral levantino o en los grandes valles del interior, los de los ríos Almanzora,  Nacimiento o Andarax hacia donde empuja el aire que procede del mar.

En esta ocasión el viento dominante es de poniente y eso ha hecho que toda la franja litoral o fachada sur de la provincia, desde Adra hasta el Cabo de Gata, han tenido temperaturas notablemente más bajas que el resto de la provincia, con medias entre 32 y 34 grados.

Bochorno
Si el calor ha apretado, y bien, en el interior, donde no se han bajado de los 35 grados, siendo la norma entre 37 y 38, con numerosos zonas en las que se han sobrepasado los 40 con claridad, en la costa sur no se ha llegado prácticamente en ningún caso de los 34 o 35 grados

Sin embargo, según explica Eduardo Romay, del colectivo almeriense de analistas climáticos Cazatormentas, el ‘sofoco’ ha sido tan intenso en esa zona del litoral como en el interior, si no más, porque al ser el aire de origen marítimo ha elevado mucho el grado de humedad, hasta alcanzar una cota del 80%. “Para hacernos una idea de este fenómeno -añade Romay- la combinación de 30 grados de temperatura y un 80% de humedad da una sensación térmica de 37 grados”.

El sudor, termorregulador
El sudor, por mucho que sea un mecanismo que resulte molesto, es sin embargo uno de los mejores aliados contra el calor, de hecho “es el mecanismo más importante de termorregulación del ser humano”, explica Eduardo Romay, del colectivo almeriense de analistas climáticos Cazatormentas.

Un mecanismo que básicamente consiste en que, cuando suben los termómetros, las personas sudan y ese sudor se evapora en presencia de temperaturas  muy elevadas, produciéndose un intercambio de estado de agua que pasa de líquida (sudor) a gaseosa (vapor). Ese proceso requiere energía y esa energía sale del propio cuerpo humano, con lo que al perder energía se va refrescando y mantiene constante la temperatura corporal. Precisamente los ‘golpes de calor’ se dan porque ese mecanismo falla.

Evaporación
Pero hay otro aspecto fundamental; cuando la humedad en el ambiente es muy alta la evaporación es más complicada (y por tanto el mantenimiento de la temperatura) ya que el aire, al estar saturado, admite poco más vapor y al sudor le cuesta evaporarse. Por contra cuando la humedad es baja, el sudor se evapora fácilmente.

Dicho de otro modo, esa es la razón por la que la mayoría de la gente, con 30/32 grados de temperatura, pero con niveles de humedad del aire de un 80 por ciento, está literalmente ‘empapada’ y, sin embargo, con temperaturas del 40 grados, pero un 30% de humedad, se mantienen ‘secas’.

Esas son las sensaciones que ayer pudieron vivir los almerienses según la zona en la que se encontraran. El el interior, con el aire de poniente, los termómetros se dispararon por encima de los 40 grados, pero con una humedad muy baja. Por contra en el litoral sur, donde apenas se superaron los 33 o 34 grados, el grado de humedad (aire directo del mar) fue del 80%. Para los del interior el calor fue más ‘llevadero’; para los de la costa sur, le sensación de bochorno fue muy superior.