Francisco Parra Rojas, licenciado en astrofísica y doctorado en Astronomía y Ciencias planetarias es natural de Cuevas del Almanzora, y actualmente se encuentra sumergido en su trabajo, el almeriense es investigador superior en La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
“Llevo dos años
trabajando en la AEMET, en un proyecto financiado por la Agencia
Espacial Europea, donde estamos calculando cuanto se equivocan los
instrumentos que miden el ozono”.
El ozono es una capa
muy fina que nos protege de la radiación ultravioleta solar, “muy
dañina para la piel, por este motivo es muy importante medir la
cantidad de ozono y saber cuánto se equivoca el instrumento que lo
mide. Mi misión es caracterizar el instrumento, saber cuanto se
equivoca y mejorar la medida de ozono. “Necesitamos que la
incertidumbre sea del 1% o inferior” explica Parra Rojas.
Hoy en día no se
habla del famoso agujero de la capa de Ozono, a lo que el
astrofísico contesta, “no se habla porque se ha recuperado
bastante, en el año 84 en el protocolo de Montreal, los países se
pusieron de acuerdo en eliminar los clorofluorcarbonatos de los
espráis y se consiguió reducir o eliminar estas sustancias que
duraban 20 años en la atmósfera y destruían el Ozono y se ha
conseguido reducir el agujero de la Antártida".
Ahora, según relata Parra está
ocurriendo un fenómeno "un tanto raro, en el que se está viendo
un pequeño agujero en la zona tropical, no se sabe porqué, por eso
es muy importante seguir invirtiendo en investigación para conocer
posibles nuevos sucesos” recuerda el astrofísico.
Dentro
de muy poco adelantaba Parra, comienza otra aventura en su vida
profesional, a unos miles de kilómetros. Aunque puntualizaba, “no
es nueva para mi, porque ya hice mi postdoctorado allí pero sí, me
voy como Catedrático asociado de físico en la Universidad
Interamericana de Puerto Rico, en cuanto me llegue el visado volaré
hasta allá”.
Y entre tanto
trabajo, el astrofísico, Francisco Parra va a ser el protagonista
de unas actividades que han atraído a muchísimas personas hasta
Pulpí, porque son más que recomendables.
La primera
cita tuvo lugar anoche en las inmediaciones de la Geoda de Pulpí y
el jueves se podrá disfrutar de nuevo de la observación de las
estrellas en el Castillo de San Juan de los Terreros.
Para
facilitar el proceso de observación del cielo, el astrofísico lleva
dos telescopios robóticos y para que los asistentes se metan de
lleno en el mundo del universo el astrofisico cuenta la mitología de las
constelaciones y enseña algunas de las constelaciones más
representativas de esta época estival.
“Sobre todo,
vemos el cielo, vemos estrellas binarias, alguna galaxia, vemos
cúmulos de estrellas y aprovechando la buena temperatura y el buen
cielo de este pueblo vemos muchas lluvias de estrellas” enumera el
astrofísico.
Una de las
constelaciones del verano que más destacan son según Parra Rojas
son Escorpio y Sagitario, también las constelaciones del cisne,
casiopea, el águila, el delfín o la corona boreal, “son algunas
las constelaciones más bonitas” detalla el observador del
cielo.
Y es que, según ha observado Parra, hemos perdido
a lo largo de los milenios esta observación del cielo, hoy día a
penas nadie podría identificar las constelaciones o la vía láctea.
“Todos vivimos ya en ciudades y se hace muy difícil que podamos
observar el cielo, algunos niños nunca han visto la vía láctea y
en sitios tan pequeñitos como Terreros se puede ver la Vía láctea”
concluyó.
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