La Almazara de Canjáyar reúne ya la producción de 10.000 fincas

“Casi 10.000 productores, procedentes de todos los rincones de la provincia, nos han confiado en este último año sus aceitunas para la producción de aceite, lo cual es un orgullo”. El que así habla es Manuel Calvache, gerente de La Almazara de Canjáyar, que ha conseguido un nuevo máximo histórico de producción en esta última campaña.

Es la culminación a un proyecto que nació en el año 1996 y con una base que en ese primer año no pasó de 150 agricultores, casi todos de pueblo o de municipios vecinos. En quince años el salto ha sido espectacular, hasta esos cerca de 10.000 productores que esta última campaña han confiado sus aceitunas a la empresa radicada en Canjáyar.

Calvache considera que ese volumen de productores responde a la confianza que depositan en la empresa “porque desde que empezamos a trabajar lo hemos hecho con seriedad, manteniendo una línea constante en la que buscamos la calidad y el mejor precio posible para la aceituna”.

Y así han ido ampliando el campo de acción que en la actualidad abarca a productores llegados de toda la provincia, desde Pulpí hasta Adra, que se suman a los de la zona de La Alpujarra, tanto almeriense como granadina. Esos productores han aportado este año más de siete millones de kilos de aceituna de buena calidad.

Los responsables de La Almazara de Canjáyar miman un proyecto que consideran que “no es una almazara más, buscamos ser una empresa almeriense que comercializa productos de nuestra tierra, aceite de mucha calidad, y que además representa una ayuda a la economía de mucha gente en las zonas rurales, las más deprimidas, que encuentran en la aceituna un complemento importante a sus ingresos”.

La de Canjáyar es una de las almazaras más dinámicas de las 27 existentes en la provincia, como lo evidencia el hecho de que sus ventas representan un 17 por ciento del total del aceite de oliva comercializado en Almería. De su aceite, como en general de los que se producen en la provincia, destaca su alta calidad que ha hecho que las ventas crezcan por encima del conjunto del sector en Andalucía y en España. Manuel Calvache destaca el esfuerzo en la búsqueda de esa calidad señalando que la aceituna debe pasar por procesos previos de selección (se desecha la que lleva dos o más días recogida), y someterse a un tratamiento de extracción mecánica que saca lo mejor del fruto. Trabaja en dos líneas básicas: la monovarietal de arbequina es, sin duda, la ‘joya de la corona’, un aceite muy apreciado para consumir en crudo. El varietal, que incluye variedades como picual, lechín, hojiblanca, manzanilla o arbequina, presenta una excelente calidad y se comercializa tanto para uso particular como en la hostelería.

Un proceso de comercialización que se realiza a través de alrededor de 450 puntos de venta, además de los canales destinados a la hostelería o la tienda ‘online’ desde donde se remiten pedidos a destinos de todo el mundo “que nos buscan por prestigio”.