El Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico y Minero, que
se va a celebrar en Cuevas del Almanzora entre el 29 de septiembre y
el 2 de octubre, organizado y patrocinado por la Sociedad Española
para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero (SEPDGYM) y la
Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora,
incluirá en su programación una mesa coloquio sobre los paisajes de
la piedra seca y las técnicas empleadas en las construcciones que
identifican estos paisajes, desde el 2018 declaradas por la UNESCO
Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Es un arte
ancestral. Es el arte de construir muros por apilamiento, sin el
concurso de otros materiales, sin el empleo de argamasa, salvo la
tierra seca en algunas ocasiones. Salpican estas construcciones
amplios espacios rurales extendidos por toda la cuenca Mediterránea
europea, desde España a Grecia, desde Francia a Croacia y Eslovenia,
pasando por Suiza, Italia Chipre… Pero se prodigan más en terrenos
de accidentada orografía, sierras escarpadas en las que fue
necesario, para subsistir, para sobrevivir, ganarle a la abrupta y
fragosa montaña espacios donde poder cultivar, retener la
escorrentía. Gracias a estas técnicas, que se han transmitido de
generación en generación, la vida se abrió paso en lugares
inicialmente inhóspitos.
Nuestra provincia,
atravesada de oeste a este por sucesivas cadenas montañosas de
considerable altitud y pronunciado desnivel, ha sido una geografía
propicia para que el ser humano, si quería perdurar, aguzase el
ingenio en un esfuerzo constante y descomunal por adaptarse a un
medio hostil. Estas faenas seculares han dibujado sobre su faz un
paisaje donde proliferan las construcciones en piedra seca: un
recorrido por las laderas de los Filabres, Sierra Nevada, las
Estancias, Gádor empachará nuestra mirada con esas escalonadas
sucesiones de pedrizas, también llamadas balates,
que narran la lucha de sus habitantes por obtener tierra fértil y lo
hicieron con el recurso que en la proximidad le ofrecía el medio
natural y con unas técnicas que la práctica y el tiempo se ocuparon
de perfeccionar.
Pero la riqueza en tipos de construcciones que nos sorprenden cuando recorremos estos paisajes es realmente avasalladora, ilustrándonos sobre las ventajas que la piedra seca ofreció a sus habitantes para que garantizarse unos medios de vida: además de los balates, cobertizos para el ganado, refugios estacionales, casetas, corrales, apostaderos, etc.
Mientras dure el Congreso, los asistentes a este encuentro internacional, también podrán visitar en su misma sede la exposición “Almería de piedra. Construcciones tradicionales en piedra seca”, coordinada por Juan Antonio Muñoz Muñoz y promovida por el Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación Provincial.
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