La Voz de Almería
07:00 • 20 mar. 2012
La compañía Koppert, empresa pionera en el control biológico, siempre ha trabajado en el convencimiento de que la introducción de fauna útil es una auténtica realidad en el control de plagas para todos los cultivos hortícolas.
“Nuestro sistema consiste, en la utilización de insectos y ácaros beneficiosos en todas las plantaciones, que se van rotando a lo largo del año. De esta manera se consigue mantener los invernaderos limpios de plagas durante todo el ciclo de cultivo”, señalan desde Koppert.
El melón y la sandía son dos plantaciones de primavera, que siempre van asociadas al cultivo de pimiento en la zona del Poniente y al de tomate en la zona de Levante en la provincia de Almería.
El trabajo de Koppert consite en garantizar el control de las principales plagas que afectan a las hortícolas en general y a estos cultivos frutales en particular.
En este caso, en melón y sandía, las plagas que “nos ocupan son la mosca blanca y el trips, y obtenemos el control de las mismas con la introducción de un único agente de control biológico: A. swirskii”, subrayan.
La dosis recomendada para el melón y sandía de A. swirskii varía entre 50 y 75 individuos por metro cuadrado. “Con esta técnica logramos erradicar estas plagas en los meses que dura esta plantación, y empezar con los invernaderos limpios de plagas en el siguiente cultivo de pimiento o tomate”, esgrime esta firma.
Se reduce el índice de virus
“Hemos comprobado que las fincas que realizan control integrado en los cultivos de primavera de melón y sandía, mediante la introducción de las cantidades adecuadas de A. swirskii, han registrado un menor índice de virus transmitido por estas dos plagas”, añaden.
Con la implantación de este sistema, que Koppert lleva aconsejando desde hace ya varios años, se ha conseguido disminuir el coste económico para el agricultor y erradicar un insecto tan peligroso para el sector hortofrutícola como es la mosca blanca, importante vector de transmisión de virus.
“Nuestro sistema consiste, en la utilización de insectos y ácaros beneficiosos en todas las plantaciones, que se van rotando a lo largo del año. De esta manera se consigue mantener los invernaderos limpios de plagas durante todo el ciclo de cultivo”, señalan desde Koppert.
El melón y la sandía son dos plantaciones de primavera, que siempre van asociadas al cultivo de pimiento en la zona del Poniente y al de tomate en la zona de Levante en la provincia de Almería.
El trabajo de Koppert consite en garantizar el control de las principales plagas que afectan a las hortícolas en general y a estos cultivos frutales en particular.
En este caso, en melón y sandía, las plagas que “nos ocupan son la mosca blanca y el trips, y obtenemos el control de las mismas con la introducción de un único agente de control biológico: A. swirskii”, subrayan.
La dosis recomendada para el melón y sandía de A. swirskii varía entre 50 y 75 individuos por metro cuadrado. “Con esta técnica logramos erradicar estas plagas en los meses que dura esta plantación, y empezar con los invernaderos limpios de plagas en el siguiente cultivo de pimiento o tomate”, esgrime esta firma.
Se reduce el índice de virus
“Hemos comprobado que las fincas que realizan control integrado en los cultivos de primavera de melón y sandía, mediante la introducción de las cantidades adecuadas de A. swirskii, han registrado un menor índice de virus transmitido por estas dos plagas”, añaden.
Con la implantación de este sistema, que Koppert lleva aconsejando desde hace ya varios años, se ha conseguido disminuir el coste económico para el agricultor y erradicar un insecto tan peligroso para el sector hortofrutícola como es la mosca blanca, importante vector de transmisión de virus.
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