“Pensaba que era gay pero me identificaba más como mujer”

Dulce Goncalves, natural de Bédar y afincada en Vera desde hace menos de un año, nació en un cuerpo equivocado, esto le provocaba un desasosiego interior que le hizo tener disforia de género (la disforia de género es la angustia que pueden sentir las personas cuya identidad de género es diferente del sexo asignado al nacer), lo que le hizo tener una adolescencia algo difícil y conflictiva. La bedarense se tuvo que alejar de su familia por su mala conducta y diferentes problemas en su entorno, para vivir en una residencia y posteriormente en un centro de menores hasta cumplir su mayoría de edad, pero a día de hoy, Dulce ve la luz al final del túnel y lleva ya seis años hormonándose y se siente con la fuerza de apoyar y visibilizar su proceso para poder ayudar a otros niños y niñas que se puedan sentir identificados con su situación.

“No es nada malo, pero cada niño tiene su problema y yo era un niño muy nervioso y me peleaba, como se pelean en todos los niños, no hacía caso y quería hacer siempre lo que quería, hoy en día he descubierto, después de estar en tratamiento psicológico, que la disforia de género me hacía tener comportamientos inusuales” , explicó la protagonista recopilando los motivos que la llevaron a permanecer en un centro de menores hasta su mayoría de edad. “Además en mi familia había problemas psicológicos y eso también me ha afectado ya que he desarrollado un trastorno al apego, pero se puede conseguir salir adelante teniendo una familia que te apoye como la mía” relató Dulce.

La joven se siente muy apoyada por su familia en la actualidad pero sobre todo por sus abuelos, que según relató “son los primeros que se enteraron y los que más me han apoyado, ya se lo olían porque siempre me veían jugar con la vecina, con las muñecas y ellos siempre supieron algo”.

Dulce explicó que ella no siempre identificó lo que le sucedía, “yo pensaba que era gay pero a raíz de hacerme más adulta y tener mi primera relación descubrí que yo no era un chico, que me identificaba más como mujer”, confesó.

“El proceso más duro que he vivido ha sido el de las revisiones y pruebas médicas para empezar el proceso de hormonación, llore mucho y lo pasé muy mal”, según la bedarense este proceso lo empezó en un centro de menores en Vera y aunque considera que en el centro la enseñaron a ser mejor persona, en su proceso de transición confiesa haberlo pasado mal por el tema burocrático. “Tenían que firmarte un documento para todo, hasta para pintarme una uña. Fueron momentos muy difíciles para poder ser como yo me sentía”.

La joven confesó haberse sentido discriminada “si me sentía chica, debería haber estado conviviendo con chicas, pero me tenían como apartada en un cuarto como si fuera diferente a todos, algo que no era ni chico ni chica”, relató Dulce.

“En aquel momento me sentía sola, solo tenía 14 años, pero gracias al apoyo de mi familia y de algunos amigos que querían hacerme compañía lo sobrellevé. Ahora entiendo porqué hacían eso, era algo nuevo, algo que la gente no estaba acostumbrada a ver, poco a poco nos acostumbramos a que haya gente trans en este planeta”, aunque la protagonista confesó que piensa que la discriminación siempre va a estar.

Lejos de aquellos momentos, Dulce quiere lanzar un mensaje de esperanza y de positividad a aquellos que se sientan identificados. “Yo quiero que las personas como yo o que se sientan identificadas con el colectivo LGTBI sigan adelante y no se acobarden y tengan esa voluntad y esa fuerza y que sean su mejor versión de sí mismos”.

Dulce cuenta que ahora vive en Vera con varios amigos que la apoyan y que están con ella siempre y que desde que los conoció se convirtieron en un gran pilar en su vida, “son como una familia para mí”, apostilló. Además la de Bédar confiesa que le encantaría cumplir su sueño de ser artista, “siempre he querido cantar, aunque mi voz no me lo permita por ahora, pero desde pequeña me encanta la idea de subirme a un escenario” concluyó la joven, que a pesar de los baches que ha vivido a pesar de su corta edad ha conseguido plantar cara a las vicisitudes y salir siempre adelante con una sonrisa.