El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) ha reanudado el Programa de Seguimiento de la Salud en Palomares (Almería) con la realización de los controles del estado de salud a medio centenar de habitantes, dentro de la vigilancia radiológica ambiental que se hace en la zona debido a la contaminación por plutonio y americio en un área de alrededor de 40 hectáreas.
Los reconocimientos médicos y controles de bioeliminación en orina en 24 horas a la población de Palomares se cancelaron en 2020 debido a la pandemia de covid-19 y no se retomaron en 2021 al no haber remitido todavía la incidencia, según comunicó el Ciemat al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) al que indicó que "no estaba justificado continuar por riesgo asociado que conllevaba".
En la programación aprobada para 2022 del Programa de Vigilancia Radiológica Ambiental y de la Población (PVRAP), se estima que se sometan a los exámenes médicos por parte de la Unidad de Salud Laboral del Ciemat y análisis de orina excretada en 24 horas del RERA un "número aproximado de 50 personas", según han informado a Europa Press fuentes del organismo público.
Han precisado, no obstante, que, aunque aún se están practicando las pruebas, entre las que se incluye dosimetría interna por bioeliminación, y "todavía" hay personas que "deben someterse", el programa "a expensas" de quienes se "ofrezcan" ya que tiene carácter "voluntario".
Los datos que arroja el programa implantado hace décadas no han mostrado ningún resultado que haga sospechar una morbilidad específicamente inducida por las radiaciones ionizantes, como "no se ha observado ninguna evidencia de patología directamente relacionada con el accidente nuclear de 1966", según el Ciemat y el CSN.
El riesgo que se podría dar en Palomares es que las partículas contaminantes que están de un modo estable adheridas a los suelos "puedan ser ingeridas o inhaladas" por su "transferencia" a alimentos o al aire, pero esto se controla a través del PVRAP.
Últimos datos de 2021
El último muestreo en Palomares indica que, de los casi 400 análisis realizados por el Ciemat a las muestras de aire, alimentos de origen animal y vegetal, de flora y fauna, así como de sedimentos y de agua recogidas en 2021, revelaron concentración de actividad de americio y de plutonio un total de 112, si bien, en todos estos casos, los valores detectados "son inferiores a los niveles de referencia" que están fijados en el Plan de Vigilancia Radiológica de la zona.
Según el Ciemat, los valores de concentración de actividad hallados son "similares" a los obtenidos en años anteriores, por lo que le lleva a concluir que "la evolución temporal del nivel de contaminación" en la última década, durante el periodo 2010-2021, "se ha mantenido estable".
La cuantificación de plutonio fue posible en 95 de los 141 análisis realizados, la mayor parte en las muestras recolectadas mediante el cambio semanal de los filtros de aire de tres estaciones medidoras, ubicadas dos de ellas en zona 2 del área bajo vigilancia radiológica y la otra en zona urbana. En este caso, todos los análisis detectaron actividad radiactiva en forma de partículas en suspensión.
El americio se pudo detectar en 17 del total 251 muestras analizadas, sobre todo en las tomadas de suelos y extraídas en cuatro estaciones medidoras de la zona 2, de la zona 6 o Sierra Almagrera, y de zona urbana, según los datos recopilados por el Ciemat en el informe anual para su remisión CSN y consultados por Europa Press.
Los resultados del Programa de Vigilancia Radiológica Ambiental de Palomares y de su población en 2021, los últimos disponibles, apuntan que el plutonio en las muestras de aire para partículas en suspensión y de depósito tras precipitaciones es, de media, un "orden de magnitud inferior" en la zona urbana con respecto a las muestras procedentes de la zona 2.
Esto apuntala, según el Ciemat, la premisa de que hay una "relación inversamente proporcional" entre la "concentración de actividad" y la "distancia a los terrenos más contaminados" en la zona de Palomares.
Indica, asimismo, que los resultados revelan "un rango amplio de variabilidad" con hasta "cuatro órdenes de magnitud" debido a que, según subraya, las partículas en las que se presenta el plutonio son "de diferente tamaño y actividad heterogéneamente distribuidas". No obstante, matiza que estos datos están en consonancia "con los obtenidos" en el ejercicio de 2020.
Con respecto a los alimentos, detalla que se recogieron a lo largo de 2021 un total de 30 muestras de brócoli, sandía, calabacín, lechuga, judía verde, tomate, y brécol tanto en campaña de invierno como de verano, así como de miel, de pescado y de conejo tras solicitar autorización de caza a la Junta de Andalucía.
El informe concreta que, "al igual" que en los "últimos seis años", no se ha "reportado" ningún valor de concentración de actividad de americio "por encima" de la cantidad mínima que puede detectar la técnica usada para el análisis.
Recoge que sí resultó positiva en plutonio una de las muestra de calabacín, aunque, según destaca, el resultado arrojado es "marcadamente inferior al nivel de referencia" y "menor al valor limitativo para la comercialización".
Plutonio en fauna y flora
El muestreo de flora y fauna en media docena de estaciones medidoras desplegadas para vigilancia ambiental de la zona mediante la recogida de organismos indicadores como caracoles, esparto, acelga silvestres o rascamoños, descarta el americio en los ocho análisis efectuados en 2021, pero halla plutonio en seis de ellos.
El Ciemat traslada que, durante los últimos seis años, "tan solo seis de las muestras" de estos organismos, en concreto, "los vegetales" han mostrado resultados de concentración de actividad de americio y hace hincapié en que esto influye que "los vegetales silvestres tienen un periodo prolongado de exposición ambiental y no son sometidos a ningún pretratamiento como lavado y troceado en el laboratorio".
Por otro lado, concluye que, en el caso del plutonio, se mantiene "la tendencia histórica" de que los niveles sean "más elevados" en la flora silvestre ya que, al tratarse de plantas perennes, "están más tiempo expuestas a la contaminación" y su acumulo externo "se ve favorecido" por sus hojas pilosas, y tallos "retorcidos que crecen a ras de suelo".
El informe incluye, también, el análisis de muestras de agua potable y de agua de riego que pudieran verse afectadas por la "resuspensión y posterior depósito de la contaminación" con un resultado negativo en todos los casos.
Mientras, en el caso de los sedimentos recogidos en el cauce del Río Jatico, del Río Almanzora y del arenal de la playa de Quitapellejos solo una de las muestras fluviales arroja concentración de actividad de plutonio, pero también, siempre, en valores inferiores a los de referencia.
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