Las diez claves del desalojo de las chabolas de El Walili en Níjar

Si todo sale según lo previsto, el lunes desaparecerá uno de los núcleos de población compuestos por chabolas en la provincia de Almería: el Ayuntamiento de Níjar ha programado para el día 30 de enero el desalojo y demolición del asentamiento de El Walili-Los Nietos, situado en el cruce de Los Albaricoques.

Tal y como recordaba la delegada de la Junta de Andalucía en Almería, Aránzazu Martín, se trata de una competencia municipal que, además, está avalada por una sentencia judicial.

Ante el inminente desalojo, se ha producido una auténtica avalancha de comunicados de ONGs, partidos e incluso del Obispado que comparten un mismo mensaje: todos piden que se paralice. 

Pero, ¿por qué? ¿Acaso podrían estas organizaciones defender la infravivienda? Nada más lejos de la realidad. A continuación, tratamos de exponer las claves y las (muchas) incógnitas que habrá que resolver antes del lunes.

¿A dónde van?

La primera y más urgente de las preguntas. Y, de hecho, la que motiva todos los comunicados: las organizaciones apoyan que se acabe con el chabolismo y se busque una solución para dar una vivienda digna, pero no a toda prisa. 

El Ayuntamiento de Níjar afirma que tiene soluciones habitacionales para que el lunes se produzca el desalojo y nadie se quede en la calle, pero no da más detalles. Por otra parte, las organizaciones aseguran que el Consistorio barajaba los edificios que se están construyendo en Los Grillos con ayuda de la Junta de Andalucía. Sin embargo, la obra no ha terminado aún.

¿Hay sitio para tantos?

El asentamiento de El Walili ha crecido, y mucho, en pocos años. De hecho, se estima que en estas chabolas viven más de 500 personas. Aunque la solución fuera la de los pisos de Los Grillos, en estos edificios solo hay 62 alojamientos que, siendo optimistas, no darían cabida a más de 200 personas.

¿Para todos?

En una nota de prensa enviada el 14 de febrero de 2022, la Junta de Andalucía anunciaba la concesión de 1,5 millones de euros para construir 62 alojamientos “en alquiler para temporeros en Níjar”. Esto deja abierta una nueva incógnita para los habitantes de El Walili: ¿Los hay que no trabajen en el campo almeriense? ¿Tendrán que dejar su nuevo hogar cuando no haya campaña agrícola o no estén trabajando? Cabe recordar que entre los más de 500 habitantes de El Walili habrá un amplio abanico de casuísticas y, muy probablemente, para muchos este asentamiento no sea lun lugar de paso en el que vivir temporalmente, sino el lugar de residencia habitual, durante todo el año, bajo altísimas temperaturas en verano y con gélido frío en invierno.

¿Para siempre?

Un aspecto clave de la solución habitacional que se levanta actualmente en el polígono industrial Los Grillos es que tanto la Junta de Andalucía como el propio Ayuntamiento destacan el carácter temporal de las viviendas. De hecho, técnicamente son “alojamientos transitorios protegidos”. Esa transitoriedad habría provocado el rechazo de buena parte de los habitantes de El Walili a la hora de aceptar la propuesta del Ayuntamiento.

¿Por qué ahora?

“Están tirando a la basura un año y medio de trabajo”, protesta el representante de una de las ONGs que trabaja en el asentamiento. Una de las grandes incógnitas para las que las organizaciones no encuentran respuesta es la prisa repentina para desalojar y derribar el asentamiento, algo en lo que se llevaba tiempo trabajando “pero así no”, lamentan. Los ritmos y los plazos planteados por Ayuntamiento y ONGs no parecen coincidir.

¿Tienen ya un nuevo hogar?

No. Si bien el Ayuntamiento en un primer momento hablaba de un realojo en los días previos, lo cierto es que  se ha comunicado a las ONG que la solución habitacional no estará disponible hasta el mismo lunes. Este, además, será temporal, hasta que se atienda personalmente cada caso en busca de una vivienda definitiva para todos. 

¿Y si no aceptan?

Tal y como se ha comunicado a las ONGs (que este viernes vuelven a reunirse con la alcaldesa de Níjar con la esperanza de paralizar el apresurado desalojo), el lunes unos autobuses se llevarán de allí a los habitantes de El Walili. ¿Qué sucederá en caso de que algunos se nieguen?

¿Por qué piden que se paralice?

La lista de instituciones que han protestado ante el desalojo y que piden al Ayuntamiento de Níjar que se paralice no es corta, precisamente: Amnistía Internacional, Podemos, la Plataforma Derecho a Techo, el Obispado de Almería... Todos cuantos han luchado por los derechos de los habitantes de El Walili ahora piden que se paralice la operación para darles otra vivienda. Pero no por eso, claro está: según denuncian distintas organizaciones, no se habría informado debidamente a los habitantes del asentamiento de cuál será su futuro. De hecho, en el momento de escribir estas líneas, nadie conoce la ubicación de esas soluciones habitacionales. "Cualquier desalojo deber ir asociado a un realojo digno y razonable. De lo contrario, se estarían violando derechos fundamentales de las personas", insisten desde el Obispado de Almería.

¿Por qué El Walili?

Por alguna parte había que empezar la ingente tarea de realojar a los miles de habitantes que duermen en chabolas en Níjar. Pero, ¿por qué El Walili? Algunas voces cercanas al día a día del asentamiento señalan al turismo como respuesta: es el asentamiento chabolista más visible para los muchos turistas que acuden a las playas de San José. Además, se encuentra a apenas unos minutos de El Cortijo del Fraile, que pronto se convertirá en otro motor turístico más de la zona tras su adquisición por parte de la Diputación Provincial de Almería. 

¿Y los demás?

Tras El Walili, otras chabolas (Atochares,...) esperan su futuro.