Guillermo Mirón
20:08 • 05 abr. 2012
El 26 de marzo de 2011 fue un día histórico para la pedanía cantoriana de Almanzora. Histórico hasta el punto de que estaba en juego poner el punto y final a la presencia de cuatro olmos que han presidido la principal travesía de esta barriada desde hace más de cien años. Con 133 votos a favor y 54 en contra (tres votos fueron nulos), los vecinos de Almanzora consiguieron en las urnas que los árboles centenarios con los que siguen conviviendo a día de hoy, no fuesen trasladados con el argumento de la construcción de una nueva travesía para la pedanía.
Hoy, un año después del referéndum, los olmos presentan prácticamente el mismo aspecto que entonces. Uno de los argumentos esgrimidos por los vecinos favorables a que los árboles fuesen transplantados entonces, giraba en torno a lo “enfermos” que estaban y a su difícil recuperación, tal y como afirmó incluso el alcalde de Cantoria, Pedro Llamas (PP).
Si bien es verdad que tras 377 días desde la consulta el aspecto de los olmos no ha mejorado, en las semanas posteriores al referéndum en las que abundaron las precipitaciones lucieron un aspecto espléndido, mostrando una gran frondosidad a lo largo de todas sus ramas. El hecho de que estén enfermos, al igual que ocurre con un gran número de olmos con independencia de su ubicación, no es negado por ningún vecino.
Ni ganadores ni vencidos
El resultado de la votación fue aceptado entonces de buen grado por el regidor cantoriano, afirmando que “había ganado la democracia” y “Almanzora”. También es verdad que el alcalde aseguró previamente que, con independencia del resultado, quien ganaría siempre sería “el Ayuntamiento de Cantoria”, por lo que la posibilidad de un revés para el Consistorio se desechaba al igual que la responsabilidad de decidir qué proyecto se ejecutaría, si el de mejora de la avenida con olmos o sin ellos. Una responsabilidad que fue delegada en los vecinos tras varias controversias originadas en una recogida de firmas anterior al referéndum celebrado.
El proyecto de reforma para la Avenida de Almanzora con los olmos, quizás menos atractivo a primera vista que el que prescindía de los árboles, ha sido el que se ha ejecutado. Miguel Ángel Alonso fue uno de los vecinos que apostaron por la conservación de estos árboles llegados a Almanzora a la par que el ferrocarril. Luchó por convencer de la necesidad de contar con los olmos como parte de su historia y ahora afirma que no se arrepiente. “La avenida se reformó y se ha hecho una nueva que está muy bien. Los olmos complementan la avenida, le dan identidad y dan la oportunidad de admirar esos árboles”, explica.
Finalmente los vecinos cuentan con una nueva avenida y con los olmos. Parece que al “Almanzora siempre gana” del alcalde no le faltaba razón.
Hoy, un año después del referéndum, los olmos presentan prácticamente el mismo aspecto que entonces. Uno de los argumentos esgrimidos por los vecinos favorables a que los árboles fuesen transplantados entonces, giraba en torno a lo “enfermos” que estaban y a su difícil recuperación, tal y como afirmó incluso el alcalde de Cantoria, Pedro Llamas (PP).
Si bien es verdad que tras 377 días desde la consulta el aspecto de los olmos no ha mejorado, en las semanas posteriores al referéndum en las que abundaron las precipitaciones lucieron un aspecto espléndido, mostrando una gran frondosidad a lo largo de todas sus ramas. El hecho de que estén enfermos, al igual que ocurre con un gran número de olmos con independencia de su ubicación, no es negado por ningún vecino.
Ni ganadores ni vencidos
El resultado de la votación fue aceptado entonces de buen grado por el regidor cantoriano, afirmando que “había ganado la democracia” y “Almanzora”. También es verdad que el alcalde aseguró previamente que, con independencia del resultado, quien ganaría siempre sería “el Ayuntamiento de Cantoria”, por lo que la posibilidad de un revés para el Consistorio se desechaba al igual que la responsabilidad de decidir qué proyecto se ejecutaría, si el de mejora de la avenida con olmos o sin ellos. Una responsabilidad que fue delegada en los vecinos tras varias controversias originadas en una recogida de firmas anterior al referéndum celebrado.
El proyecto de reforma para la Avenida de Almanzora con los olmos, quizás menos atractivo a primera vista que el que prescindía de los árboles, ha sido el que se ha ejecutado. Miguel Ángel Alonso fue uno de los vecinos que apostaron por la conservación de estos árboles llegados a Almanzora a la par que el ferrocarril. Luchó por convencer de la necesidad de contar con los olmos como parte de su historia y ahora afirma que no se arrepiente. “La avenida se reformó y se ha hecho una nueva que está muy bien. Los olmos complementan la avenida, le dan identidad y dan la oportunidad de admirar esos árboles”, explica.
Finalmente los vecinos cuentan con una nueva avenida y con los olmos. Parece que al “Almanzora siempre gana” del alcalde no le faltaba razón.
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