Más de 3.500 hectáreas de naranjos de La Ballabona en riesgo de perderse

La falta de agua en el Levante almerienses está poniendo en un brete los cultivos de primavera. Hace unos días, la organización  Asaja celebraba Junta Directiva en Palomares y estimaba en 1.500 las hectáreas que se van a dejar de cultivar de sandía principalmente por la sequía. Ahora, es la Comunidad de Regantes del Bajo Almanzora, que agrupa a productores de Cuevas, Vera y Zurgena, la que considera que los próximos meses se van a vivir situaciones dramáticas sobre todo para los cítricos.  

“Nuestra zona de influencia abarca 5.800 hectáreas y no tenemos ya casi recursos para regar, tan solo disponemos de un caudal de 30 litros que no da más que para 500 hectáreas, estamos buscando agua de donde sea, lo peor  lo van a sufrir los naranjos de La Ballabona”, alerta Antonio Segura, presidente de esta Comunidad de Regantes.

En La Ballabona hay plantadas unas 3.500 hectáreas de naranjos divididas entre los términos municipales de  Huércal-Overa, Antas y Cuevas del Almanzora. Muchas de ellas son la familia granadina de los Giménez y otras pertenecieron a los Durán de Murcia, emparentados con el expresidente de la ONCE, Miguel Durán. “Se puede perder mucho arbolado por la sequía que puede ser irreversible y variedades únicas por las que los propietarios pagan un royalty”, añade Segura.

La carencia de agua para los riegos de primavera también araña los sembrados de hortalizas y hoja verde de la Sociedad Agraria de Transformación Los Guiraos, de Cuevas del Almanzora, presidida por Matías Gómez Cervellera, unas de las empresas de economía social que más ha prosperado y diversificado su producción en las últimas décadas.

Pulpí y toda la industria de la lechuga de empresas como Primaflor, Agrupapulpí o los Hermanos Chumbo  también están sufriendo consecuencias que pueden ser catastróficas por la falta de agua con el Trasvase del Negratín cortado. 

Aguas del Almanzora, la sociedad que agrupa a los regantes de la zona, tienen ante sí el reto de poder buscar agua de debajo de las piedras. 

El agua que queda en el pantano de Cuevas, escasas, es ahora el caballo de batalla sobre el que se centra el reparto fuera los derechos que mantienen Cuevas y Vera, así como el nudo gordiano que supone  también la ordenación de los recursos hídricos de la Cota 80, sin haberse realizado aún un sistema de concentración parcelaria.