María Medina
07:00 • 09 abr. 2012
Una veintena de técnicos de laboratorio, biólogos y médicos procedentes del norte de Marruecos se han formado estos días en el Centro de Transfusión Sanguínea de Almería y lo han hecho en el marco de un programa europeo para la seguridad transfusional en la frontera sur de Europa. Procedentes de Rabat, Tánger, Tetuán y Oujda han estado en grupos de diez tanto en el centro almeriense como en el de Granada.
Así lo explica el responsable coordinador del centro de transfusión de Almería, el hematólogo Arif Laarej, que califica de “enriquecedor” el programa y confía en que tenga continuidad en el tiempo.
Antes de recibir a los sanitarios marroquíes, Laarej visitó tres de los centros de transfusión del norte de Marruecos que iban a participar en la iniciativa. “Se trataba de ver sus necesidades, cómo trabajan y qué se puede mejorar”, dice este hematólogo, de origen marroquí, que señala cómo su procedencia ha sido “una casualidad” en este programa europeo. Claro, reconoce, que ha ayudado el hecho de que hable francés, al igual que el coordinador del centro de Granada.
Y es que, antes de que los marroquíes llegaran a Almería, Laarej participó en un seminario en Marruecos sobre seguridad en las transfusiones y promoción de la donación de sangre.
Precisamente, sobre estos dos pilares giró después la visita de los técnicos, hematólogos y biólogos de Marruecos que no sólo vieron cómo se trabaja en Almería, sino que, “como uno más, se pusieron a trabajar en el centro”.
La iniciativa no ha podido ser más beneficiosa para ambas partes, insiste Laarej, que apunta cómo no sólo los marroquíes han aprendido de la experiencia andaluza, sino que también los técnicos almerienses han conocido cómo “se puede trabajar con pocos medios” y cómo impulsar la donación de sangre en determinadas circunstancias. De hecho, algunas ideas sobre promoción podrían incorporarse aquí.
La donación de sangre no es sólo cosa de almerienses. Los inmigrantes que viven en la provincia también donan. Claro que lo hacen en menor medida y, de momento, suponen un pequeño porcentaje en el total de las donaciones. Para Arif Laarej, hematólogo y coordinador del centro de transfusión de Almería, son varios los factores que pueden intervenir a la hora de que los inmigrantes no supongan, hoy día, un importante porcentaje de donaciones. Y es que, por ejemplo, los ingleses no pueden donar sangre por el mal de las vacas locas que afectó a las islas británicas hace unos años. Los procedentes del centro de África tienen también otros problemas para donar, puesto que en sus países de origen hay determinadas enfermedades que podrían suponer una contraindicación. Aún así, todos los que se acercan al centro de transfusión reciben información y es cierto, dice Laarej, que la segunda generación de inmigrantes. Los nacidos aquí, ya son donantes habituales.
Así lo explica el responsable coordinador del centro de transfusión de Almería, el hematólogo Arif Laarej, que califica de “enriquecedor” el programa y confía en que tenga continuidad en el tiempo.
Antes de recibir a los sanitarios marroquíes, Laarej visitó tres de los centros de transfusión del norte de Marruecos que iban a participar en la iniciativa. “Se trataba de ver sus necesidades, cómo trabajan y qué se puede mejorar”, dice este hematólogo, de origen marroquí, que señala cómo su procedencia ha sido “una casualidad” en este programa europeo. Claro, reconoce, que ha ayudado el hecho de que hable francés, al igual que el coordinador del centro de Granada.
Y es que, antes de que los marroquíes llegaran a Almería, Laarej participó en un seminario en Marruecos sobre seguridad en las transfusiones y promoción de la donación de sangre.
Precisamente, sobre estos dos pilares giró después la visita de los técnicos, hematólogos y biólogos de Marruecos que no sólo vieron cómo se trabaja en Almería, sino que, “como uno más, se pusieron a trabajar en el centro”.
La iniciativa no ha podido ser más beneficiosa para ambas partes, insiste Laarej, que apunta cómo no sólo los marroquíes han aprendido de la experiencia andaluza, sino que también los técnicos almerienses han conocido cómo “se puede trabajar con pocos medios” y cómo impulsar la donación de sangre en determinadas circunstancias. De hecho, algunas ideas sobre promoción podrían incorporarse aquí.
La donación de sangre no es sólo cosa de almerienses. Los inmigrantes que viven en la provincia también donan. Claro que lo hacen en menor medida y, de momento, suponen un pequeño porcentaje en el total de las donaciones. Para Arif Laarej, hematólogo y coordinador del centro de transfusión de Almería, son varios los factores que pueden intervenir a la hora de que los inmigrantes no supongan, hoy día, un importante porcentaje de donaciones. Y es que, por ejemplo, los ingleses no pueden donar sangre por el mal de las vacas locas que afectó a las islas británicas hace unos años. Los procedentes del centro de África tienen también otros problemas para donar, puesto que en sus países de origen hay determinadas enfermedades que podrían suponer una contraindicación. Aún así, todos los que se acercan al centro de transfusión reciben información y es cierto, dice Laarej, que la segunda generación de inmigrantes. Los nacidos aquí, ya son donantes habituales.
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