Agricultores de toda la provincia acudieron ayer al cónclave organizado por la Federación de Regantes de Almería (FERAL); se trataba de celebrar como Dios manda el Día Mundial del Agua, pero con un ojo puesto en las reivindicaciones que mantienen desde hace tiempo que, en resumen, tratan de buscar una seguridad en el suministro de agua para los regadíos de la que ahora apenas pueden disponer.
El presidente de la federación, José Antonio Fernández, puso sobre la mesa la difícil coyuntura que atraviesa el regadío en casi toda la provincia, dificultades que en el caso de la comarca Levante-Almanzora es crítica, en palabras de Fernández, que valora el déficit hídrico en el levante provincial como “de necesidad extrema”.
Tormenta Perfecta
Esa zona de la provincia ha de afrontar una acumulación de problemas que suponen una amenaza para las explotaciones. Es la ‘tormenta perfecta’ porque coinciden en el tiempo un aumento de la demanda con la suspensión del trasvase del Negratín, sin recursos suficientes para permitir esa transferencia, el progresivo recorte planteado para el trasvase Tajo-Segura o la existencia de una desaladora apta para 20 hectómetros cúbicos, ampliables a 30, que desde hace años está inutilizada tras las riadas de 2012 y aún por rehabilitar.
El acto de ayer en Huércal Overa tuvo mucho de reivindicativo, pero al mismo tiempo de reflexivo y es que desde la Federación de Regantes se reconoce que en estos momentos el control en el uso de los recursos hídricos debe ser necesariamente riguroso y que el crecimiento de regadíos no puede seguir creciendo eternamente. El presidente señalaba al final de esta jornada que por ahora no se deberían autorizar nuevas explotaciones agrícolas que no dispongan de una garantía de riego en firme.
El agua es vida
Bajo el lema ‘La importancia del agua. El agua es vida, cuídala’ se hizo hincapié en la necesidad de modernizar los regadíos para reducir el consumo de agua allí donde aún no han llegado las nuevas tecnologías que lo permiten.
La situación del sector del regadío va más allá de la cantidad suficiente para cubrir la demanda y los propios regantes señalan otro problema a tener en cuenta como es el de la calidad. Los estudios realizados por el Instituto de Investigación y Formación Agraria de la Junta, el agua ideal para el cultivo de hortalizas debe tener una conductividad no superior a 1 grado, mientras que en la mayor parte de las zonas de agricultura intensiva ese umbral es superado nítidamente lo que, según FERAL, provoca que los agricultores estén perdiendo en torno a un 20 por ciento del volumen que podrían obtener con un agua de la calidad apropiada, un problema que se va agravando a causa de la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos.
Manos a la obra
Esa situación es la que ha llevado a varias comunidades de regantes de la provincia a ponerse en marcha hacia el objetivo de recuperar en la medida de lo posible las masas de agua del subsuelo, con aguas de otras procedencias que incluyen desde las desaladas hasta las aguas residuales regeneradas, sin desdeñar la opción de trasvases desde otras cuencas.
En un año hidrológico tan pobre en precipitaciones los regantes han urgido a las administraciones públicas a echar mano de una de las herramientas que conllevan los ‘decretos de sequía’, los pozos de sequía’ una medida de carácter excepcional para cubrir la demanda por parte de los agricultores.
La jornada de ayer se completó con las ponencias de expertos como José Antonio Salinas, de la UAL, Manuel Morilla, de la desaladora Mar de Alborán, o de Ricardo Sánchez Solana y varios de los alumnos de la Escuela Agraria de Vícar.
La Junta aprobará en abril el tercer Decreto de Sequía
La delegada, Aránzazu Martín, explicó que el Ejecutivo andaluz ha querido ser previsor ante la situación de sequía estructural que ya amenazaba al sector agrario y lo ha hecho “no sólo con la gran política de inversión en materia hidráulica que hemos llevado a cabo desde la pasada legislatura, sino también anticipándonos a la sequía con los dos decretos anteriores y ahora con el tercero”.
Previsiones Indica que con estos decretos se van a invertir 141 millones de euros que permitirán la ejecución de 15 obras para aportar en torno a 73 hectómetros cúbicos adicionales de agua, unos planes que no sólo afectarán al sector agrario, sino también a la industria, al turismo y, al mismo tiempo, a la población en general con el abastecimiento.
Centrándose en Almería, recordaba que la Junta de Andalucía ha movilizado 180 millones de euros en políticas de agua y que “hoy más del 90 por ciento de esas obras públicas están en ejecución, lo que se traduce finalmente en 178 millones de euros”.
Martín señaló, no obstante, que la actual situación de sequía estructural “no podemos abordarla solos, por ello hemos acudido al Gobierno de España” para que asuma los compromisos que tiene pendientes en la provincia, entre ellos la reparación de la desaladora de Villaricos. A esa reivindicación se sumaba el alcalde huercalense, Domingo Fernández, para pedir que no se ejecute el ‘recorte político’ del agua del Tajo.
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