Un conocido y querido vecino de Albox dará nombre de forma inminente a una calle de este municipio del Valle del Almanzora. Se trata de Antonio Villalba Pedrosa (1934-1999), nombre que adoptará una vía dedicada a alguien que marcó a quienes le conocieron. Y no sólo por los 15 años en los que fue jefe de la Policía Local de Albox. Hubo mucho más.
Porque Antonio Villalba tuvo una vida de película. Entre los acontecimientos que le marcaron y que ha recogido en un extensa biografía el historiador local Miguel Ángel Alonso, destacan algunos como su presencia en Madrid, donde "decidió ingresar en la Guardia Civil no siguiendo la tradición familiar hasta ese momento de integrarse en la Renfe".
Tras pasar dos años de guardia civil en la capital, con 24 años pidió su destino "a la última colonia en ultramar de España: Guinea Ecuatorial. Allí se sufría la lejanía de la península, de la familia, del mes casi que pasaba en barco hasta llegar al ecuador de África y de los bríos independentistas beligerantes de las tribus guineanas y nigerianas y sobre todo la lejanía de una chica joven que ya había conocido cuando iba a Albox a estar con sus padres y que le gustaba y deseaba como novia, Juana González Ruíz, que contaba con apenas 20 años", ha recordado el historiador. Allí destacó por su carácter jovial e integrador con los nativos.
Todo hasta su regreso a Albox en octubre de 1963, cuando "tras reunirse con su familia y con su novia después de tantos peligros" juntos decidieron "que la vida ya no los separaría nunca más hasta la muerte; Antonio pidió la mano a los padres de Juana para casarse en abril del año siguiente. Decidió aprovechar los seis meses de permiso que le pertenecían para no volver a ingresar en el cuerpo de la Guardia Civil ni regresar nunca más a África", detalla Alonso, que además ha "agradecido" a la familia toda la información que le ha aportado al respecto.
Su regreso a Albox estuvo marcado en un primer momento por su boda en 1964 y por abrir una gasolinera junto a su suegro, una de las primeras de la comarca e incluso de la provincia. Posteriormente, hacia 1970 y según recuerda Miguel Ángel Alonso, su suegro "decide construir un edifico anexo a la gasolinera con hotel, restaurante cafetería y varias viviendas para la familia". Instalaciones que pasaría a gestionar hasta su ingreso en la Policía Local ya en la etapa democrática, convirtiéndose así en el primer jefe de este cuerpo municipal, donde también se ganó el respeto y el cariño de sus vecinos gracias a sus "buenas maneras" y su "don de gentes". Unas características y bondades que tanto él como su mujer supieron transmitir a sus nueve hijos y a quienes se acercaron a él.
Como policía y según relata el historiador local, le costó adaptarse y estuvo a punto de abandonar el trabajo "al tercer mes, pero su compromiso con el alcalde y con su pueblo le hicieron permanecer en el cargo pese al bajo sueldo que percibía y a los pocos efectivos humanos y materiales con los que contaba. Baste decir que había un compañero, Damián Granados, como policía local, que ponía su propia motocicleta para patrullar por la localidad, era todo escasísimo y los sueldos más aún".
Una trayectoria que le valió el respeto de todos sus vecinos, que aún a día de hoy le recuerdan con un gran cariño. Ese mismo cariño que se verá materializado este jueves tras la aprobación del nombramiento en una sesión plenaria, por lo que tan sólo falta que se celebre este 30 de marzo el acto oficial en el que se imponga el nombre de este recordado albojense a la calle en cuestión. La calle Antonio Villalba Pedrosa estará ubicada entre la actual Jefatura de la Policía Local y la avenida América, concretamente el tramo que conecta con la cuesta que se dirige al IES Cardenal Cisneros. Un homenaje y una ubicación (coincidente con la Jefatura de Policía) a la altura del legado que dejó Antonio Vilalba.
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