Garrucha presenta su nuevo Parque de La Isla del Tesoro

El Ayuntamiento de Garrucha ha presentado un nuevo proyecto ambiental que cambiará sustancialmente la imagen de la parte dorsal del municipio del Levante almeriense. Se trata del Palmeral de La Isla del Tesoro, un nuevo espacio temático de más de 9.000 metros cuadrados basados en la representación de la película La Isla del Tesoro (versión de 1972, de las ocho que se han rodado basadas en la novela de Stevenson), algunas de cuyas escenas, con Orson Welles a la cabeza caracterizado de John Silver el Largo, se filmaron en el Muelle de Garrucha, convertido en el Puerto de Bristol, con un mono y un loro incluido. El espacio contará con fuentes de agua y un gran galeón pirata, junto a un homenaje a la gamba roja en forma de escultura gigante.

El diseño de un parque dividido por edades, que genera para los niños más mayores un recorrido de aventuras, que incorpora desde zonas con topografía volcánica, hasta poblados indígenas donde hacer el indio. Todo esto está potenciado gracias, a los acusados desniveles preexistentes en la topografía del propio terreno, que serán incorporados al diseño para dar, dinamismo y realismo a la temática aventurera. Dichos desniveles, se realizan a través de la recuperación de los antiguos balates preexistentes, que recuperan las antiguas estructuras agrícolas de la zona. El parque incluye, para los más atrevidos, retos de altura: tres tirolinas de  30, 43 y 70 metros de recorrido, que serán utilizadas bajo supervisión municipal.

Un parque que se caracterizará, por su distribución funcional y por la cantidad de usos públicos que se podrán encontrar en el espacio. Uno de los más importantes será el edificio multiusos en la zona sur, que acogerá en sus instalaciones, un anfiteatro para la realización de eventos culturales y sociales, así como un nuevo quiosco, para que los adultos puedan tomarse un aperitivo, mientras los más pequeños se divierten. Ambas instalaciones, estarán apoyadas por vestuarios, aseos y elementos de almacenaje, para que este espacio sea una confluencia de participación y uso ciudadano real.

  Además, este nuevo pulmón verde en el municipio de Garrucha, dará lugar a un nuevo espacio congregacional, gracias a la incorporación de áreas reunión social como, por ejemplo, la creación de zonas estanciales y de picnic, en las que los garrucheros podrán celebrar eventos, como cumpleaños infantiles o reuniones entre amigos y familia. 

El nuevo parque rescatará todo el palmeral preexistente en la zona, para disminuir el impacto medioambiental, e incorporará nuevos taludes con praderas de biodiversidad, de corte tropical y mediterráneo, mediante el uso de especies autóctonas de la zona, totalmente propicias para el clima de la costa almeriense, haciendo así un uso responsable del riego. 

  El desarrollo ecológico del parque basado en un ecosistema del palmeral, genera el primer parque de esta tipología en toda la provincia, siendo un espacio de interés botánico más allá de su programa lúdico.

Una de las vertientes más importantes, que incorporará el nuevo parque es, que además de ser un espacio público, pretende erigirse también como un espacio educativo, incorporando códigos QR por toda la extensión que, mediante su escaneo, den información al usuario sobre la vegetación, los elementos de juego y aventura, o sobre las especies que se pueden encontrar, en el nuevo jardín botánico.

El Parque estará situado en la zona en la que hay otros equipamientos como el Instituto, el Campo Emilio Moldenhauer y la nueva superficie de fútbol 7. En la actualidad esa superficie, que contará con una cercana rotonda de acceso ya en construcción, no tiene ningún aprovechamiento. 

Un vergel a la espalda del municipio

Ahí donde ahora lo único que crece es retama entre tierra reseca, el Ayuntamiento ha ideado un ambicioso proyecto para la Garrucha venidera; por ahora no hay plazos, ni financiación, solo unas imágenes virtuales extraordinarias y la ilusión de que algún día se haga allí ese vergel; allí, por donde subían los carros con celemines de trigo y huevos de La Jara para vender en el mercado; allí por donde los niños bajaban a jugar al fútbol en El Salar, allí por donde la gente del pueblo descendía con cestos de comida, entre palmeras enormes, para pasar un día de campo en La Cañá Flores, allí por donde el Chirrí cogía brevas; allí está esa espalda de Garrucha esperando que esta ilusión de parque tan bonito se cumpla.