El fuerte viento llegó a tumbar carteles sobre la autovía A-7

Almería, su capital y provincia se vieron azotadas ayer por un fuerte viento de 75 kms/hora, con rachas mayores en algunos momentos, según los datos facilitados por el parque de Bomberos de Almería. Estos profesionales, 17 de guardia, realizaron un total de 14 salidas a lo largo del día.

El aire en la capital cogió fuerza y aceleró a partir de las 13 horas aproximadamente. A las 13: 55 está registrado el primer servicio en el parque municipal por esta causa.

Los bomberos de la capital y Poniente tuvieron que usar muchas veces los coches-escalera para asegurar los materiales que se desprendían o estaban a punto de hacerlo desde la altura.

Uno de los más peligrosos se produjo en El Toyo, en una valla publicitaria de una inmobiliaria, cuyas paneles de chapa de varios metros llegaron a volar sobre la calle Alfredo Goyeneche.

Pero en el apartado carteles, los momentos más peligrosos se produjeron en la autovía A-7. El servicio andaluz 112 informa que en el kilómetro 465, en sentido Murcia, a la altura de la ciudad, se desprendió todo un cartel que quedó sobre el asfalto, con un alto riesgo para los vehículos. Guardia Civil de Tráfico y la empresa de mantenimiento de las autovías tuvieron por tanto que emplearse a fondo. Otro cartel se desprendió en El Parador. Los bomberos de El Poniente tuvieron que emplearse en ocho ocasiones por viento, y en medio atendieron dos incendios. El viento arrancó todo un techo metálico de una cooperativa en La Mojonera y una cornisa de una segunda planta en Aguadulce.

Un cartel del ayuntamiento

Los bomberos de la capital tuvieron aún más trabajo. Un cartel del Ayuntamiento en la avenida de la Cruz se cayó sobre una furgoneta. Afortunadamente, no hubo heridos en todos estos incidentes. Ni siquiera cuando comenzaron a caer cascotes de una fachada de ladrillo visto en Canónigo Molina Alonso. Una antena, el toldo de los taxistas en plaza Manolo Escobar, decenas de contenedores de basura tumbados y trasladados, farolas dobladas y cientos de ramas por toda la ciudad. Incluso los pisos nuevos, como uno en la Vega de Acá no se libraron del azote del viento. Junto a los bomberos se emplearon tambien los agentes de la Policía Local, quienes por el viento dejaron de poner multas.