No ha sido una revolución, pero lo puede parecer: la Sociedad Agraria de Transformación La Molata, una especie de comunidad de regantes con domicilio en la barriada gallardera de Alfaix, ha expulsado a 66 de sus socios por impago de la cuota a la que están obligados para el mantenimiento de la sociedad y por el consumo de agua.
El acuerdo se adoptó en el seno de la última Junta Rectora donde se acordó el inicio de expedientes de exclusión forzosa de aquellos socios que han venido incumpliendo este acuerdo de pago contemplado en los Estatutos Sociales de la entidad. No obstante, los apercibidos de expulsión tienen un plazo de un mes para presentar alegaciones.
El problema se deriva, en buena parte de los casos, de que se trata de socios que heredaron los derechos de riego o tandas de agua de sus padres y ahora tienen otras ocupaciones ajenas a la actividad agrícola o viven en otra ciudad fuera de Los Gallardos.
En el caso de otras empresas, como las de los hermanos Aznar de Antas, dedicadas a la actividad de cítricos y al transporte, han comprado horas de agua a otros socios para distintas fincas de naranjos. El agua del viejo pozo de La Molata es un caudal de mucha calidad que ha propiciado la siembra de distintos cultivos de frutas y hortalizas a lo largo de la historia.
Alfaix fue conocido durante mucho tiempo por el balneario de Francisco Crespo, que estuvo en funcionamiento entre 1924 y 1950, cuyas aguas provenían de la ‘Fuente del Aneal’, que bebía de dos manantiales, uno de agua fría y otro caliente, que al parecer eran curativas y sirvieron a más de un reumático para calmar sus dolores. Hoy día no podremos buscar el balneario porque a pesar de la importancia que llegó a tener, cerró sus puertas después de sufrir dos riadas, por lo que hoy sólo quedan las ruinas de este, antaño, próspero negocio.
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