María Magdalena: “Solo pido un techo para mis dos hijas”

María Magdalena Luque, natural de Sevilla, lleva afincada en Huércal-Overa desde hace ya 11 años y actualmente se encuentra en una situación crítica. Diferentes problemas económicos y personales hicieron que esta vecina no pudiese seguir afrontando los pagos de alquiler de la vivienda en la que se encuentra desde hace tres años y ahora una orden judicial la obliga a abandonar el domicilio el próximo día 4 de octubre. 

“No tenemos donde ir, tengo dos hijas menores, no tengo familia en Huércal-Overa y no se donde meterme con mis hijas, solo pido que no nos dejen en la calle”, María Magdalena vive ahora entre la desesperación y el miedo. “No tengo trabajo, me acabo de separar y estoy en el programa de protección de violencia de género tengo una orden de alejamiento con mi expareja”. Esta vecina huercalense pide que le habiliten un alquiler social del que sí se pueda hacer cargo económicamente, “no puedo pagar 400 euros, pero sí 200, no digo que me regalen nada pero mis hijas necesitan un techo”.

La sevillana se encuentra actualmente en búsqueda de empleo desde hace varios meses que concluyó su último trabajo como personal de limpieza del ayuntamiento. “Desde el Ayuntamiento siempre me han ayudado mucho y han estado pendientes de mi situación, pero ahora me veo en un momento crítico, no quiero ser una ocupa, solo quiero un lugar para vivir”. Por su parte, desde el Consistorio huercalense adelantan que el caso de esta vecina ya está puesto en manos de los Servicios  Sociales para tratar de dar solución a la problemática de la familia sobre todo por las dos menores a cargo de la mujer.

Según contó en una entrevista reciente en Cadena SER, María Magdalena sufre graves episodios de ansiedad que se han visto agravados por la inminente salida de la vivienda actual, la vecina confesó que ya en alguna ocasión intentó quitarse la vida, aunque asegura que eso quedó en el pasado y no es algo que quiera volver a repetir. “Ahora quiero pensar en mis hijas, quiero seguir adelante pero necesito que me ayuden y nos den un lugar para vivir, también necesito trabajar”.

Una situación desesperada que cuenta con el tiempo en contra y en la que las perjudicadas principales podrían ser dos menores que se encuentran a la espera de que los Servicios Sociales estudien su caso y les brinden el apoyo y ayuda que necesiten.