Marta Rubí
23:05 • 29 abr. 2012
Le llaman la ‘romería chica’, en comparación a la que se celebra en septiembre, pero el traslado de la Virgen de la Cabeza, desde su Santuario de Alcudia de Monteagud a Benizalón esconde tradiciones no menos importantes que las de su día ‘grande’. La cita congregó ayer a cientos de personas de toda la provincia, principalmente de los municipios que tienen “el derecho” de transportar a la imagen, si quiera unos metros.
Y es que el procedimiento que se sigue en la procesión guarda escrupulosamente un “turno” concedido a cada municipio a través de un acuerdo ante notario a medadios del siglo XVIII. “No se conserva el documento original porque se destruyó en la Guerra Civil, pero se sabe que fue entorno a 1750 cuando se dieron las capitulaciones que otorgaban el orden”, explia Francisco Martínez Botella, réctor del santuario de la Alcudia de Monteagud.
Pero antes de comenzar la ronda, el trono había recorrido el tramo hasta el cerro de entrada en el pueblo en una carroza. Para que no sufriera ningún deterioro -más ayer, cuando el tiempo amenazaba con acabar la romería entre agua-, Nuestra Señora de la Cabeza es trasnportada durante la mayor parte del recorrido en el interior de un receptáculo, “una especie de torre, de forma octogonal”, copia de un estuche del siglo XVIII. Así, tras la misa matinal, celebrada en el Santuario, la Virgen trasladada hasta el cerro de entrada a Benizalón. “Los peregrinos la acopañan y el pueblo de Benizalón la espera en la era, a 300 metros de entrada”, especifica Martínez Botella, también párroco de Sorbas.
Es precisamente este municipio el que inició ayer la ronda, tal como contempla el centenario acuerdo.
Catorce cofradías
Antes de comenzar, el mayordomo de la cofradía de la Virgen de la Cabeza de cada uno de los pueblos nombra su localidad tres veces. Se sitúa entonces delante del trono y los miembros de la cofradía transportan a la Virgen el tramo que les corresponde. “Detrás se sitúa el alcalde del municipio”, continúa el sacerdote.
Cada uno de los grupos lleva también la bandera de la cofradía y la cruz parroquial, que va delante de la imagen. El rector asegura que “es especial la de Tahal, que es de plata y data de 1570”. Les acompañaba ayer la Banda de Cornetas y Tambores Sagrado Corazón de Jesús de Sorbas.
El orden que siguen las catroce cofradías es: Sorbas, Lubrín, Albanchez, Cobdar, Líjar, Alcuida de Monteagud, Benitagla, Tahal, Benitorafe, Senés, Lucainena de las Torres, Uleila del Campo y, por último, el pueblo anfitrión, Benizalón, que la lleva hasta la iglesia, donde se celebró otra Eucaristía, con la participación del coro de Líjar. Allí permanecerá la Virgen dos meses, hasta el último domingo de junio, día en el que se realiza otra romería para devolverla de nuevo a su santuario.
Y es que el procedimiento que se sigue en la procesión guarda escrupulosamente un “turno” concedido a cada municipio a través de un acuerdo ante notario a medadios del siglo XVIII. “No se conserva el documento original porque se destruyó en la Guerra Civil, pero se sabe que fue entorno a 1750 cuando se dieron las capitulaciones que otorgaban el orden”, explia Francisco Martínez Botella, réctor del santuario de la Alcudia de Monteagud.
Pero antes de comenzar la ronda, el trono había recorrido el tramo hasta el cerro de entrada en el pueblo en una carroza. Para que no sufriera ningún deterioro -más ayer, cuando el tiempo amenazaba con acabar la romería entre agua-, Nuestra Señora de la Cabeza es trasnportada durante la mayor parte del recorrido en el interior de un receptáculo, “una especie de torre, de forma octogonal”, copia de un estuche del siglo XVIII. Así, tras la misa matinal, celebrada en el Santuario, la Virgen trasladada hasta el cerro de entrada a Benizalón. “Los peregrinos la acopañan y el pueblo de Benizalón la espera en la era, a 300 metros de entrada”, especifica Martínez Botella, también párroco de Sorbas.
Es precisamente este municipio el que inició ayer la ronda, tal como contempla el centenario acuerdo.
Catorce cofradías
Antes de comenzar, el mayordomo de la cofradía de la Virgen de la Cabeza de cada uno de los pueblos nombra su localidad tres veces. Se sitúa entonces delante del trono y los miembros de la cofradía transportan a la Virgen el tramo que les corresponde. “Detrás se sitúa el alcalde del municipio”, continúa el sacerdote.
Cada uno de los grupos lleva también la bandera de la cofradía y la cruz parroquial, que va delante de la imagen. El rector asegura que “es especial la de Tahal, que es de plata y data de 1570”. Les acompañaba ayer la Banda de Cornetas y Tambores Sagrado Corazón de Jesús de Sorbas.
El orden que siguen las catroce cofradías es: Sorbas, Lubrín, Albanchez, Cobdar, Líjar, Alcuida de Monteagud, Benitagla, Tahal, Benitorafe, Senés, Lucainena de las Torres, Uleila del Campo y, por último, el pueblo anfitrión, Benizalón, que la lleva hasta la iglesia, donde se celebró otra Eucaristía, con la participación del coro de Líjar. Allí permanecerá la Virgen dos meses, hasta el último domingo de junio, día en el que se realiza otra romería para devolverla de nuevo a su santuario.
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