El viento, el peor enemigo para el pilotaje de aviones y avionetas en Almería

La provincia es un buen lugar para volar por su buena meteorología

Imagen de la avioneta siniestrada.
Imagen de la avioneta siniestrada. La Voz
Antonio Fernández
13:43 • 12 oct. 2023

El accidente aéreo que este pasado martes costó la vida a los dos ocupantes de una avioneta que había despegado pocas horas antes del aeropuerto de Málaga ha provocado consternación de los pilotos almerienses, buena parte de ellos adscritos al Aeroclub de Almería.



Por causas que ayer se investigaban, el accidente ocurrido en un paraje conocido como Cerro del Fraile, en las inmediaciones de San José, provocó consternación de los aficionados a la navegación aérea en la provincia. La zona en la que se produjo el siniestro es uno de los puntos montañosos más elevados del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.



Consultados los amantes de este tipo de vuelos señalaban a este periódico que la provincia de Almería es un buen lugar para volar, sobre todo debido a la buena meteorología habitual durante la mayor parte del año y unos cielos ‘limpios’ que permiten una buena visibilidad.



Coinciden los pilotos almerienses en que el principal enemigo a la hora de ponerse a los mandos de una avioneta es el viento, que con cierta frecuencia llega con rachas fuertes capaces de desestabilizar esos aparatos de escaso peso. No parece probable que esta fuera a causa del siniestro ya que la noche del martes no soplaba con especial intensidad.



De hecho poco antes del accidente los ocupantes de la avioneta siniestrada habían aterrizado sin problemas en el aeropuerto de Almería, paso intermedio en su viaje con destino a Valencia. Explican miembros del Aeroclub almeriense que la pista de aterrizaje de El Alquián tiene una orientación este-oeste, lo que permite aterrizar casi siempre con seguridad al ser los vientos dominantes en Almería los levantes y los ponientes.



La cosa se complica cuando se presentan vientos del norte o del sur, al ser laterales, pero los pilotos almerienses aseguran que esa variabilidad les lleva a contar con experiencia en este tipo de maniobras. Uno de ellos explica que en viajes a otros aeropuertos españoles, donde encuentran condiciones difíciles de viento, “hasta nos han felicitado por la pericia que hemos mostrado en aterrizajes o despegues en esas condiciones, aquí habituales pero no tanto en otras zonas del país”.



Entre las hipótesis que barajan para tratar de comprender ocurrido apuntan a un fallo en los sistemas de navegación aérea, que les llevara a perder el control del aparato, porque con un fallo de motor “un avión de estas características puede perfectamente planear hasta encontrar una carretera, una playa o un lugar llano donde aterrizar”. Indican que las avionetas disponen de sistemas que ‘frenan’ la velocidad hasta los 60 nudos (unos 100 kilómetros hora), que permite aterrizajes de emergencia en muchos lugares. En otros casos se habla de la posibilidad de un despiste del piloto que le llevara a calcular mal la altura a la que volaba.




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