Paellas y roscos fritos para celebrar el ‘Día de la Mujer Rural’ canjilona

Según la Organización de las Naciones Unidas la población de mujeres rurales representa la cuarta parte de la población mundial. Un segmento poblacional que abordar roles de importancia en sectores fundamentales como agricultoras, trabajadoras asalariadas o emprendedoras.

Ellas labran y recolectan como el que más, alimentan al ganado y llevan el peso de su hogar y transmiten en canciones y nanas un patrimonio inmaterial de incalculable la valor. Con estas credenciales no es de extrañar que exista un día en el calendario para honrar y reconocer el trabajo tangible, y también el invisible de estas heroínas anónimas del entorno rural.

Para conmemorar el día de la Mujer Rural, que tuvo lugar el pasado domingo, las componentes que forman la Asociación de Mujeres ‘Nuevos Horizontes’ de Canjáyar, agasajaron a sus convecinos con dos paellas para 50 personas cada una, y de postre, roscos fritos de naranja regados con café y una copita de mistela artesanal.

Una asamblea para decidir el menú
En las vísperas del 15 de octubre las mujeres de esta activa asociación que opera en el municipio canjilón, se reunieron en cónclave para decidir la estrategia a seguir de cara al Día de la Mujer Rural. En una asamblea democrática, donde cualquier voz es escuchada sin importar edad o jerarquía se pusieron sobre la mesa diversas propuestas como la contratación de un catering. Pero las más veteranas de Canjáyar son mujeres batalladoras acostumbradas al ajetreo y a la rutina, y dejar pasar una efeméride así sin remangarse no va con ellas. Así pues la resolución de la asamblea concluyó con la preparación propia de un arroz con costilla que sirvieron en el salón cultural de ‘Las Cañaillas’.

Un menú que se precie está incompleto sin un postre apropiado, y en las tierras de la Alpujarra la herencia pastelera de los moriscos se hace notar. Pestiños, borrachillos y roscos fritos han burbujeado en el aceite hirviente de los calderos colocados en los rincones de lumbre durante años, y en honor a ese patrimonio, el dulce que coronó la comida de el Día de la Mujer Rural, fue el tradicional rosco frito que las mujeres de Canjáyar prepararon la noche anterior. Más de un centenar de roscos se presentaron en la comida. Con un brindis con mistela, los vecinos de Canjáyar brindaron por las mujeres rurales. Brindaron por ellas.