Canjáyar y el Sáhara conectados por una aventura 4x4 por el desierto

La compra de un viejo todoterreno falto de cariño y la obtención de una revista de viajes de aventura en el estanco de Canjáyar fueron los desencadenantes de un ritual que Antonio Bueno Sánchez repite incansablemente cada otoño desde 2005. Recorrer los vastos desiertos marroquíes a lomos de su vehículo todoterreno, cumpliendo además con su otra gran pasión, la fotografía.

En estas casi dos décadas dedicadas a desafiar la dureza de la ‘hamada’ marroquí (desierto rocoso), no hay un palmo del Reino Aluí que este canjilón residente en Barcelona no haya conocido, ni duna a la que haya ascendido u oasis donde haya descansado. Esta querencia por los vehículos 4x4 y terrenos extremos, no sólo se la ha traspasado a su familia, sino también a un grupo de amigos a los que, el veneno de la aventura también les ha calado en la sangre, y con los que ha formado ‘Desert Rookies’.

Entre ellos se encuentra otro canjilón, José Matías García Bueno, quien se sumaría al grupo en la expedición de 2014 con su mujer e hijas, y desde entonces, no ha faltado a su cita anual con las dunas en su ‘Dakar’ particular, convirtiéndose además, en el embajador de ‘Desert Rookies’ en Almería. “Llegué a comprar un todoterreno 2 meses antes de salir hacia Marruecos en mi segunda ruta, porque tenía mi vehículo en el taller y no quería perderme la expedición.” Con esta contundente declaración de intenciones resumía José Matías lo que no es un simple viaje de amigos, sino una pasión. 

Navegando un mar de dunas en todoterreno
El desierto del Sahara se extiende hacia el sur de Marruecos ofreciendo un terreno ideal para el automovilismo extremo. Lugares con Erg Chigaga, conocido por ser uno de los principales mares de dunas  del Reino Alauí, es un escenario habitual para los Toyota 4x4 de los ‘Desert Rookies’. Tras 2 o 3 horas conduciendo y dejando atrás M’Hamid llegan a los tres niveles del Erg Chigaga, un lugar por donde el tiempo no parece existir compuesto por una enorme llanura de piedras, montículos de arbustos y arena fina que reacciona al menor movimiento y mar de dunas salpicado con plantas venenosas en sus parajes.

“Para conducir por las dunas debes llevar una buena amortiguación y las ruedas sin mucha presión”. Ufano por las habilidades de conducción extrema adquiridas José Matías continúa explicando como se debe circular en la duna. “A mi me gusta darle gas, pero lo importante es no pisar la ‘hoya’ (el punto central más alto), pues el coche se quedará encallado”.

Andando entre tuaregs en la ciudad de los talleres
Sin olvidar el contexto de la naturaleza salvaje del desierto, una aventura no es tal sin las vivencias sociales que el expedicionario puede experimentar. En su caminar por Marruecos, los ‘Desert Rookies’ han conocido a nómadas del Sáhara con los que han compartido té y aceite de Almería en tiendas de tela bajo un cielo estrellado y jugado al fútbol con niños descalzos. “En un viaje llevábamos 1.000 bolígrafos que repartimos entre los chicos y chicas locales, y al siguiente año, volvimos a visitar aquel lugar y a sus gentes. Los niños aún tenían los bolígrafos para usarlos en la escuela”, relata José Matías.

Otra de las figuras que los ‘Desert Rookies’ han conocido fue a Mohammed ‘El Gordito’ uno de los mecánicos más carismáticos de la conocida como ‘Ciudad de los talleres’, Zagora. “Toda la localidad es un inmenso taller dedicado a los 4x4. En una noche son capaces de hacer milagros”. Explica el expedicionario de Canjáyar.

Almería - Nador ha sido este año el punto de partida para cruzar el Mediterráneo de los ‘Desert Rookies’, “es la mejor manera de llegar a Marruecos” sostiene José Matías, sabedor de que el paso de Algeciras - Ceuta  requiere “mucho tiempo  de espera en la frontera”. Después de su última ruta, realizada en octubre, José Matías asesora sobre documentación y vehículos necesarios a otros paisanos de Canjáyar deseosos de lanzarse a la aventura 4x4 por Marruecos, mientras Antonio Bueno, diseña la próxima ruta de los ‘Desert Rookies’.