El pleno extraordinario del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora
celebrado ayer aprobó por unanimidad el nombramiento como Hijo
Predilecto del municipio al insigne médico, doctor y cirujano José Sánchez Valero.
A propuesta del
alcalde, Antonio Fernández Liria, se distinguió honoríficamente a
esta persona “muy querida en el pueblo por su entrega y servicio a
los demás, no sólo con su profesión sino también implicándose en
lo que hiciera falta para dar respuesta a las demandas que le
llegaban de personas que pasaban por momentos complicados”.
José Sánchez
Valero se ha ganado el cariño y la admiración de su pueblo por su
trayectoria y calidad humana. De hecho, y tal y como se expresa en la
reseña de la propuesta de Alcaldía, “desde que cursaba estudios
de Bachillerato elemental en el colegio ‘Virgen del Carmen
(Convento) de Cuevas del Almanzora, el hoy doctor y cirujano ya
jubilado don José Sánchez Valero dejó constancia de una clara
inclinación vocacional hacia lo que terminó convirtiéndose en una
auténtica devoción de por vida: el servicio y la entrega a los
demás. Y viendo que la mejor vía para conseguirlo según concepción
vital en aquella época
era cursando los estudios de medicina, cursó los preceptivos seis
años de esa licenciatura en la Universidad de Granada con expediente
brillante.
Pero a pesar de
verse querido y arropado por todo el vecindario, su amor a la gente,
su inquietud por seguir aprendiendo y su tenaz propósito de prestar
lo que él consideraba una mayor ayuda a los enfermos, ya casado y
padre de una hija, volvió a la universidad para completar su
formación en las especialidades de cirugía general y aparato
digestivo y la de cirugía vascular.
Desde entonces y
hasta jubilarse, dedicó su vida en cuerpo y alma, compaginándola
con el amor a su familia y el afecto a sus amigos, a su auténtica
pasión y devoción: mejorar en la medida de sus posibilidades la
vida de los demás.
En esta dimensión,
y como coloquialmente se suele decir, ‘todo el que recurrió a él,
lo encontró’, y, si no eran su sabiduría y sus manos, la meta que
se precisaba, actuó como intermediario para que lo solicitado nunca
quedara sin respuesta. Y lo que es más importante, lo que solo está
al alcance de almas generosas y sublimes, siempre lo hizo
independientemente de la procedencia, ideología, sector social o
nivel económico de quiénes lo buscaron en momentos delicados o
tristes de sus vidas.
A todo ello hay que
sumarle que siempre se ha mostrado orgulloso de ser cuevano, y que en
cualquier oportunidad que se le presenta luce a gala ser de Cuevas
del Almanzora, amante de su su historia y de su cultura y enamorado
de sus gentes”.
Tras la aprobación
del nombramiento intervinieron familiares y amigos. La primera de
ellos fue su sobrina María Sánchez, que remarcó los valores
humanos de su tío, “lealtad, compromiso, esfuerzo, solidaridad,
generosidad”, además de su forma de ejercer la medicina “curar
cuando fuera posible, aliviar a menuda y consolar siempre”.
Igualmente, resaltó la figura de “su mujer Paquita, porque ha ido
siempre a su lado, acompañándolo y siendo su cómplice en todo y
juntos formando una familia maravillosa de la que os sentís tan
orgullosos”. “Tito, ojalá tu ejemplo trascienda en la sociedad”,
exaltó.
Una emocionada hija,
María José, intervino para hablar de la trayectoria de 50 años de
su padre, y habló de su “humanidad y humildad” y de la figura de
su padre como “un médico de una visión global y conocimiento
general”. “Porque eres excepcional te mereces este homenaje y
todos los homenajes”, aseguró.
Antonio López, su
amigo desde que eran adolescentes, recordó sus anécdotas más
divertidas, y que no faltaban “a ninguna fiesta, ferias,
carnavales…”. “Cuando se une un excelente médico con un gran
ser humano surgen personas como tú”, dijo y expresó su orgullo
por ser su amigo.
También tomó la
palabra el doctor Diego Ramírez, también amigo de José Sánchez, y
muy emocionado, ratificó las palabras sobre el valor humano del Hijo
Predilecto con una anécdota que explica cómo el doctor regaló la
estufa de la consulta a una paciente mayor que necesitaba calor y no
tenía medios para conseguírselo.
Por su parte, José
Sánchez Valero, ya como Hijo Predilecto expresó su “orgullo” y
su “emoción” tras haber recibido la distinción honorífica y ha
manifestado sentirse muy “arropado y querido”, lo que le supuso
“una enorme alegría” y “una suerte poder disfrutarlo en vida”.
Además remarcó el honor que para él supone “ser Hijo Predilecto
y compartirlo con personas tan ilustres como el gran poeta Álvarez
de Sotomayor”.
Agradeció a toda la
corporación municipal y a todas las personas del pueblo su deseo de
que esto sea posible. Y enfatizó que sus 50 años de profesión y de
ayudar a la gente ha sido posible “gracias a mi familia que siempre
me ha apoyado y hasta se ha sacrificado para que yo pudiera realizar
mi labor como médico”.
El doctor terminó su intervención con una reflexión que ha atribuido al hecho de estar casado con una profesora de Filosofía y Ética, su mujer Paquita: “si cuando uno va a descansar, y hace repaso del día y ve que no ha molestado a nadie y que ha hecho a alguien sonreír o un poco más feliz, al descansar puede tranquilo decir que merece la pena seguir viviendo”.
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