Hay una zona en la provincia plagada de pueblos y paisajes que atesoran una gran belleza pero en la que el 'sol' del reconocimiento no da de lleno, pues vive permanentemente a la sombra de su hermana foránea.
Pueblos blancos enclavados en montañas en las que el verdor y el agua son absolutos protagonistas y que están coronados por Sierra Nevada. Es La Alpujarra almeriense, pueblos y rincones que tienen un encano único pero que están en un segundo plano, pues La Alpujarra de Granada casi siempre se lleva los halagos y, también, los turistas.
Pero desde Francia se han propuesto acabar con este 'segundo plano' de la Almería alpujarreña y ha sido el diario Le Figaro, en su sección de Viajes, el que ha puesto el punto de mira en esta región "poco conocida" de Andalucía pero en la que el tiempo "parece haberse detenido".
En un extenso reportaje titulado 'Por qué deberías descubrir la Alpujarra de Almería, una región poco conocida de Andalucía', el diario francés realiza un recorrido por este lugar que se levanta a los pies de Sierra Nevada y en la que los visitantes pueden descubrir "valles salpicados de pueblos blancos, viñedos y olivares".
Laujar de Andarax, antigua capital del reino nazarí, y su herencia mudéjar es la primera parada de este viaje francés. En ella el viajero disfrua de casas palacio como la de la familia Moya, ahora convertida en Centro Cultural Hispano-Filipino. Sigue su camino por la Iglesia de la Encarnación, la 'Catedral de La Alpujarra' construida sobre una antigua mezquita; una ruta por las 16 fuentes de agua cristalina que riegan el municipio almeriense y concluye en el área recreativa de El Nacimiento.
Serón, sus minas y el caserío fantasma de Las Menas son otra parada obligatoria en el reportaje, donde se pueden visitar la ermita de Santa Bárbara, las oficinas, la casa de trabajadores, los talleres y las casas del personal.
También encuentra su hueco Los Canales de Padules, 2 kilómetros de garganas que separan las sierras de Sierra Nevada y Sierra de Gádor que es una "maravilla natural" y un remanso de naturaleza y frescura con cascadas, piscinas naturales y una gran población de truchas.
Fuente Victoria también forma parte de este particular itinerario en el que se pueden seguir los pasos de Boabdil, último sultán de Granada, y que cuenta con un gigantesco mural en el municipio alpujarreño, pues allí, dice la historia y la leyenda, vivió en la Casa Grande. Pero hay más en Fuente Victoria, pues es "una parada agradable, ya que el pueblo se organiza en torno a calles estrechas típicamente bereberes".
También tiene tiempo el viajero francés de descubrir el aceite de oliva alpujarreño y la gastronomía "de alta montaña", donde destacan la olla de trigo, la carne a la brasa y los soplillos.
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