Un ritual funerario que ahora resultaría poco comprensible en el mundo occidental como es enterrar a los difuntos en las propias viviendas ha permitido, en buena parte, elaborar una especie de primer plano de cómo fue El Argar, el poblado situado en Antas y que fue la capital de toda una civilización durante la Edad de Bronce, hace más de 4.000 años.
El estudio liderado por la Universidad de Granada (UGR) en colaboración con el Instituto de Arqueología del University College London (UCL) ha conseguido ubicar y examinar detalladamente 628 tumbas, permitiendo conocer la estructura y la organización del recinto investigado.
Los resultados de la investigación, adelantados por la agencia Europa Press, muestran la existencia de una correlación entre la riqueza de los ajuares y su ubicación, tal y como ha confirmado una de las responsables de este trabajo, Mercedes Murillo Barroso, profesora del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR. Es decir, había zonas diferenciadas donde posiblemente residían y se enterraban las clases 'pudientes' y otras para las menos.
El resultado de esta investigación es más que relevante puesto que, hasta ahora, se conocía muy poco acerca de la distribución de las sepulturas en El Argar, su trama urbana o las zonas en las que se habían realizado las excavaciones antiguas, por lo que el trabajo ha resultado especialmente complejo. Tanto es así que se ha debido combinar el estudio de varios centenares de escritos originales de Luis Siret y Pedro Flores, del Museo Arqueológico Nacional, con análisis estadísticos y Sistemas de Información Geográfica.
El hecho de que en el mundo argárico las tumbas se ubicaran dentro de las casas es lo que ha posibilitado elaborar esa especie de plano que muestra cómo habría sido el urbanismo de El Argar, según ha indicado Sergio Ibarz Navarro, investigador predoctoral del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR, y uno de los responsables de este estudio.
"Parece que existe una zona en el yacimiento en la que vivirían y se enterrarían preferentemente las personas con mayor capacidad de acumulación de riqueza, aunque no de forma exclusiva", ha señalado.
El Argar es el yacimiento de referencia para el estudio de la Edad del Bronce en la Península Ibérica y cuenta con uno de los registros funerarios más abundantes de toda la Prehistoria europea.
Las excavaciones de los hermanos Siret sacaron a la luz más de 1.000 tumbas con algunos de los ajuares más ricos de la Edad del Bronce peninsular. Estos ajuares muestran la diversidad y la desigualdad social existente ya en la Prehistoria Reciente.
En palabras de Mercedes Murillo, "la densidad de sepulturas, así como la riqueza y variedad de materiales de algunos de sus ajuares, es verdaderamente excepcional".
El estudio, que ha sido financiado por el Ayuntamiento de Antas, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la British Academy, ha sido publicado por la prestigiosa revista del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Trabajos de Prehistoria.
Los responsables del mismo han indicado que confían en que pueda utilizarse como punto de partida para futuros trabajos de investigación en El Argar.
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