Adra iniciaba con todo su esplendor la Feria y Fiestas de año 1965, que ofrendaba en hermanamiento al Paraguay, y a la que han asistían el embajador y ministro plenipotenciario de aquel país, don Fabio da Silva; el cónsul general paraguayo en Barcelona, don Luis Mezquita Chávarri; presidente de la Casa de Almería en Barcelona, señor Gavilán Caparros; el alcalde de Masnou, señor Salazar, y el corresponsal de Radio Comuneros de Asunción, don Ángel García y otras personalidades, acompañados de sus respectivas esposas.
El sábado 4 de septiembre, en el salón de actos de la casa consistorial, el alcalde de Adra, señor Antonio Olmedo Rodríguez, ofrendó las Fiestas al Paraguay, en un discurso en el que resaltó los puntos comunes que Paraguay tiene con España.
Seguidamente se leyó la credencial de proclamación de la reina de las Fiestas, señorita Raquel Pérez da Silva, nieta del embajador, siendo coronada por la primera autoridad local.
Contestó el doctor Da Silva, agradeciendo la grata gentileza que se había tenido con la nación paraguaya de tan parecidas características con la ciudad de Adra, principalmente la caña de azúcar. Seguidamente el doctor Da Silva firmó en el Libro de Oro de la ciudad en el que hizo la cariñosa dedicatoria: “Como recuerdo grato de mi visita a esta ciudad de Adra”.
A continuación firmaron en el libro las demás personalidades. Después, en el balcón frontal del Ayuntamiento, el pregonero de las Fiestas don Francisco Gutiérrez Latorre, redactor del diario barcelonés, ´Solidaridad Nacional´ y mantenedor de los II Juegos Florales Abderitanos. Hay que recordar que los primeros Juegos Florares fueron hechos por el poeta almeriense Sotomayor.
Don Francisco Gutiérrez Latorre leyó el pregón anunciador de las Fiestas y finalmente se iniciaba la cabalgata anunciadora, celebrándose una vistosa Batalla de Flores en el puerto abderitano, renovándose así una de las más bellas tradiciones de esta vieja ciudad almeriense, antigua colonia fenicia que mantuvo estatuto independiente hasta el reinado de Carlos III.
Tras el discurso de clausura se celebró un recital poético sobre una recopilación antológica de tema abderitano, en el que intervinieron la señorita Aurea Martínez Navarro y el director de Radio Juventud de Almería, don Juan José Pérez García. El cuarteto de Cámara de Almería, bajo la dirección del Maestro Barco, ofreció un concierto cuyas últimas notas fueron correspondidas por un clamoroso aplauso. A continuación los concertistas, Antonio Santisteban y José Fernández Campos 'Richoly' ejecutaron, respectivamente, un recital y un concierto de guitarra.
Acto de confraternidad abderitano-catalan
A primara hora de.la noche se inauguraron en el Hotel Abdera los II Juegos Florales en los que el doctor Da Silva diserto magistralmente sobre 'La zafra (monda) azucarera en Paraguay'.
En los diversos actos que tendrían lugar durante los dos días a las aludidas festividades, se realizaría un acto de confraternidad en homenaje a los numerosos hijos de Adra que residen en Cataluña. Adra impondría el nombre de Tarrasa (antes, Llorca) a una de sus más bellas arterias urbanas. La lápida que fue descubierta por el alcalde de Tarrasa, don Miquel Onandia Nunell, fue sufragada por la Casa de Almería en Barcelona.
Igualmente y con asistencia del alcalde de Masnou, don Francisco de Padua Salazar Culí, se rindieron un homenaje a este municipio barcelonés, intercambiándose presentes entre las dos ciudades. En Masnou existe, por cierto, desde hace un siglo, la calle de Adra, primera localidad catalana que tuvo la gentileza, de imponer el nombre de Adra a uno de sus mejores paseos, correspondido tiempo atrás también por el Municipio abderitano con la designación de Masnou para una de sus calles.
También, la Casa de Almería en Barcelona nombraría al Excelentísimo Ayuntamiento de Adra y restantes primeras autoridades, como Socio de Honor de esta institución regional almeriense. Finalmente, el embajador del Paraguay y el cónsul de esta en Barcelona descubrieron junto al alcalde de Adra (lunes 6 de septiembre de 1965), un monolito para perpetuar las excelencias de la caña de azúcar, fruto de rancia tradición en la vega de Adra y en las plantaciones paraguayas. El monolito fue esculpido en piedra de la montaña de Montjuïc (Barcelona), realizado por el artista catalán Josep Cañas y que donó Azucarera de Adra. Sería enclavado a la entrada de Adra, en la carretera de Almería.
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