Roquetas de Mar

Luxia: la fundadora de la única escuela oficial de chino mandarín de Almería

Enseña Mandarín y Cultura Asiática desde Roquetas de Mar

La profesora junto con varios de sus alumnos.
La profesora junto con varios de sus alumnos. La Voz
Melanie Lupiáñez
20:14 • 22 mar. 2024

Hace algo más de una década que la profesora Luxia Mao se trasladó a Roquetas de Mar y fundó la única academia oficial de chino mandarín de Almería. Este es el idioma más hablado del mundo que practican más de mil millones de personas. Además de los 100 alumnos que tan sólo en 2024 se matricularon en la Academia de Chino Mandarín Zi Yue para dominar una lengua que no deja de aprenderse nunca.



Luxia nació en 1987 y estudió química en Shaoxing. Fue profesora de inglés en China, se casó y un poco más tarde se mudó a España. Jamás antes había salido de su país cuando vino a vivir a Roquetas de Mar con su marido. Como su cónyuge tenía el permiso de residencia ella pudo regularizar su situación como migrante rápidamente. Aunque al principio no dominaba el español, se dedicó a estudiar la lengua y obtener el permiso de conducir.



El profesor de la autoescuela no podía explicarse que la asiática hubiera aprobado el teórico a la primera dado su escaso conocimiento del idioma. El práctico lo obtuvo al segundo intento después de 25 prácticas de conducción. Luxia cuenta la anécdota entre risas y no cabe duda de que la mujer es buena comunicadora. Durante esos primeros años tenía que hacerse entender y había retos complicados como explicarle al doctor qué le dolía mediante señas.



La mujer es trabajadora, amable y se define a sí misma como una persona que no tiene mucho miedo. Una hembra jatera. Además de dar clases en su academia, echa una mano en el restaurante de su marido, Sushi Mar. “Al restaurante voy poco, solo cuando hay mucho trabajo para ayudar con los pedidos”. En cuanto a viajes exóticos, visitar a la familia o darse caprichos, Luxia anda más recortada. Entre visita y visita a sus padres en China pasaron cinco años. Claro que los extrañaba, pero la situación no lo permitía. “Suelo viajar por aquí cerca porque no es fácil para coordinar con mis hijos, la academia y el restaurante”, dice la profesora.



En cuanto a choques culturales se permite pocas críticas y prefiere sonreír amablemente. Por ejemplo, no entiende que tenga que esperar una cola de gente cuando solo quiere hacer una consulta, pero bueno, cosas de españoles. Destaca el buen carácter de sus vecinos porque la saludan con alegría. Y como docente aprecia que el sistema educativo español tenga en cuenta la opinión de sus alumnos. “En China el profesor dice silencio y todos los chicos se callan. Me gusta que en España los alumnos pueden expresar lo que sienten”, dice ella.



Habla desde su propia experiencia porque dio clases en diferentes colegios e institutos de Almería durante siete años antes de abrir su propio centro de idiomas. De esta forma se hizo conocida entre los alumnos y sólo tuvo que buscar un local e instalarse. En el año 2017 abrió las puertas de su academia en uno de los bajos de la Plaza de Toros de Roquetas y desde entonces allí sigue. Cada tarde Imparte sus lecciones presenciales y online de lunes a viernes. Acepta alumnos a partir de cinco años pero no hay límite de edad para aprender. Como demuestran dos de sus estudiantes cantando el himno de las olimpiadas de Pekín en chino a sus más de 60 años.



Es la segunda profesora mejor valorada en el ranking andaluz del Instituto Confucio, el equivalente al Instituto Cervantes español. Este organismo oficial de chino mandarín establece una clasificación mensual de sus enseñantes en función de los proyectos que realicen con sus



Alumnos

En la academia de Luxia hay fotos pegadas por las paredes de estudiantes muy sonrientes de todos los orígenes. Aparecen vestidos con trajes típicos chinos celebrando el año nuevo chino y disfrutando de otras actividades típicas. No solo aprenden el idioma sino también la cultura del gigante asiático.


Algunos de sus alumnos han crecido con ella y ahora son jóvenes universitarios que siguen recibiendo sus lecciones de chino online porque viven fuera de Almería. Puede que el mejor medidor de éxito para esta docente sea que estos niños la recuerden y hayan dado clases con ella por más de diez años.


Durante sus lecciones no habla ni una palabra de español utilizando el amor como puerta de entrada a la comunicación. Cuando los alumnos más pequeños entran en el aula, Luxia los abraza y les dice secretamente “te quiero” en chino y poco a poco se hacen con el idioma. “Son como mis hijos, les cuento todo. En España tengo pocos amigos y ellos son como mi familia. Si me encuentro triste o alegre, les cuento qué me ocurre y esto les interesa más que leer un texto”.


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