Adra

San Marcos en caballico

Una silueta unida a un palo alargado que servía de pata de trote y silla de montura imaginaria

Jóvenes caballistas abderitanos. ANDRÉS AGUILERA
Jóvenes caballistas abderitanos. ANDRÉS AGUILERA La Voz
Pepe Cazorla
19:25 • 26 abr. 2024

Los que pasamos del medio siglo de vida recordamos con nostalgia aquellos días de San Marcos en Adra. Desde primera hora de la mañana del 25 de abril y con el despertar de la diana, la chiquillada corría cuesta arriba y abajo con un caballico construido en madera compuesto de una silueta (cabeza) que iba unida a un palo alargado (bastón) que servía a la vez de pata de trote y silla de montura imaginaria.



Era el grito de la alegría de un pueblo. Día de San Marcos, día de Adra, día del Santo. Las calles Viento, Pedro Mena, Masnou, Cercado o América, se llenaban de vida aquellos 25 de abril, que para un niño, eran lugares de encuentro fraterno, algo con un aroma especial; el día trotaba y las calles atiborradas, tenían una atracción especial para mí.



Además, un nombre rezaba en tinta o lápiz a la altura del cuello del caballico como pudiera ser, Furia, Babieca o Rocinante entre otros. Y es que los caballos son señas de identidad en las fiestas de San Marcos en Adra. El ultimo que me compraron tenía un valor de 25 pesetas (0,15 céntimos). Eran caballicos realizados, sin seguir un patrón común por unas manos expertas del aquel risueño carpintero de la carrera de Natalio Rivas; Antonio Parrilla. Decían los entendidos que eran los mejores porque las dos orejas del caballico se podían mover. No discuto que habría más carpinteros, pero me ciño a mi niñez. Revestíamos al caballico de madera con boca, ojos, la típica rosquilla y con las tiras de papel de seda de colores que adquiríamos en Papelería Bayo imitando los lazos de enjaezar a mulos y caballos. Las apuestas a quien ganaba la carrera eran a cientos.



Uno de los recuerdos más arraigados en mi memoria pertenece a estas fiestas de abril en una época en donde es cierto que las mulas y burros aventajaban en número al caballo hoy en día. Coincidencias o no, muchos años de aquella infancia coincidía con la Vuelta Ciclista de España teniendo su paso por Adra tal día festivo local.



La alegría de mi niñez era ajena a las celebraciones mayores, misas, vinos o comilonas y se enfocaba más en el maravilloso mundo del caballico de San Marcos corriendo con el palo entre las piernas, imitando el trote o el galope de un caballo. Pese al paso del tiempo, los viejos jinetes han inculcado a los más pequeños en las últimas décadas a no perder esta tradición que incluso, se han atrevido a hacer el mismo recorrido (Estación) que realiza el Santo Patrón a lomos de su caballicos.






Temas relacionados

para ti

en destaque