“Francisco Maldonado, Don Francisco el maestro o Paco el amigo y
muchas veces las dos cosas a la vez, vino a Cuevas del Almanzora por
amor en 1966 y por amor a este pueblo y a sus gentes aquí se quedó
para siempre, pueblo que hizo suyo pues vino siendo un muchacho y
aquí se hizo un hombre”.
Estas eran las emotivas palabras de
Isabel Martínez, la viuda de Francisco Maldonado, quien hablaba emocionada y agradecida por el nombramiento oficial como Hijo
Adoptivo de Cuevas del Almanzora al que fue su compañero de vida.
“Gracias por hacer posible que hoy se pueda celebrar este acto, mi
agradecimiento y el de mis hijas es eterno por ello”, continuaba.
Un pleno abarrotado de familiares, amigos y conocidos del eterno maestro de Cuevas,
Francisco Maldonado Sánchez han asistido al nombramiento oficial
como Hijo Adoptivo de la ciudad de Cuevas del Almanzora, en una sesión plenaria extraordinario, esta misma mañana.
Cuevas del Almanzora le
ha concedido, en este caso a título póstumo, la máxima distinción
honorífica que puede otorgar un pueblo a una persona. Concretamente,
el reconocimiento como Hijo Adoptivo, se otorga a quién, no habiendo
nacido en el municipio, ha destacado de forma extraordinaria por
cualidades o méritos personales o por la prestación de servicios en
beneficio u honor del municipio y que hayan alcanzado consideración
indiscutible en el ámbito público.
En el caso de
Francisco Maldonado, el nombramiento como Hijo Adoptivo llega tras una
petición conjunta de la ciudadanía, es el reconocimiento de un
pueblo a su aportación y trayectoria humana, social y profesional,
especialmente por su ilimitada implicación en el ámbito de la
docencia, materializada en el
aprecio, consideración y amistad que le han tributado desde siempre
varias generaciones de alumnos y alumnas.
El alcalde de Cuevas
del Almanzora, Antonio Fernández, ha remarcado algunos de esos
motivos que le hacen merecedor del título honorífico, en una
semblanza detallada, en la que se habla de que el afán de Maldonado
“no se reducía a transmitir saberes con pedagogía, se ocupó y
preocupó por sembrar valores, un aluvión de valores, porque estaba
convencido de que, sin ellos, la formación de su alumnado estaría
incompleta. Compañerismo, respeto, esfuerzo, constancia, las
virtudes del trabajo en grupo, saber escuchar al otro, reflexionar,
razonar, debatir… se aplicaban a diario, eran sus herramientas, se
asimilaban al mismo tiempo que los conocimientos que impartía”.
Igualmente, se
destacó la implicación del maestro, en la sociedad cuevana: “Paco
Maldonado, como todos lo conocíamos, se integró desde el primer
instante en la sociedad local, fue un cuevano más desde que llegó,
y su implicación, su compromiso con el pueblo que lo había acogido
lo convirtieron en un baluarte, en una referencia”.
“Don Francisco
Maldonado no nació aquí, pero su huella educativa entre quienes
recibieron sus enseñanzas, su constructiva aportación al devenir
social de esta localidad, su legado en fin, lo hacen merecedor del
nombramiento de Hijo Adoptivo que hoy el pueblo de Cuevas le otorga
con orgullo y predilección”, ha finalizado el primer edil.
Acto seguido han
intervenido los amigos de Francisco Maldonado, Martín Soler y Pedro
Perales, así como su sobrina y la mujer del distinguido, Isabel
Martínez, cariñosamente conocida también por su labor en la
docencia como “la señorita Isabel”.
Todos han coincidido
en ese mismo carácter de hombre bueno, de maestro implicado y
cariñoso, y su mujer Isabel ha agradecido a la corporación
municipal, esta distinción, así como el anuncio del alcalde cuevano
de que se dará su nombre a un lugar bonito de Cuevas del Almanzora.
Finalmente, el
primer edil Antonio Fernández ha hecho entrega de una placa
conmemorativa con el nombramiento como Hijo Adoptivo a Francisco
Maldonado a su mujer Isabel, quién ha estado acompañada de sus
hijas, yernos, nietos y multitud de amigos y antiguos alumnos y
alumnas.
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