Todos coinciden. El municipio de Vera ha vivido una de sus fiestas en honor a su patrona, la Virgen de las Angustias, más participativas de los últimos lustros. Y es que pocas fiestas en la provincia logran aunar elementos como la devoción, la historia y la diversión de la manera en la que se dan la mano estos días en la localidad veratense.
“Estas fiestas patronales se superan cada año y ya están tomando unos ‘vuelos’ casi como los de la feria de septiembre de San Cleofás”, celebraba ayer la teniente de alcalde, Carolina Pérez, durante una entrevista. No le falta razón a la edil, a la vista de lo sucedido en los grandes acontecimientos que se han celebrado estos días.
Por un lado -siguiendo el orden cronológico- el gran desfile de Moros y Cristianos, que este año cumplió su décima edición acogido como nunca por los veratenses y no menos visitantes que abarrotaron las calles que recorrieron las más de 1.100 personas participantes. Una acogida que tuvo su réplica ayer con la emotiva procesión de la Virgen de las Angustias, patrona veratense.
Entretanto, las tradicionales verbenas que también acogieron más asistentes que en años anteriores al igual que ocurrió con las diferentes propuestas, como la corrida de toros, el pasacalles de Gigantes y Cabezudos, el concurso de engalanamiento de balcones, fachadas y escaparates o la ofrenda floral a la patrona.
La guinda a estos días no podía ser otra que los vítores y las alabanzas recibidos ayer, mientras tenía lugar la puesta del sol, por la Virgen de las Angustias, recordando la toma de Vera que tuvo lugar un 10 de junio como el de ayer, aunque de 1488. Una fecha que fue el origen de unas fiestas cada vez más esperadas tanto por los veratenes como por los visitantes que eligen vivir de cerca varios de los días más especiales del año en Vera.
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