Almería canaliza ya 3 billones de metros cúbicos de gas desde Argelia para Europa

Desde que un día nublado de hace catorce meses, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador y Andrés Heras, con casco y bata blanca, abrieron el grifo del gas en El Perdigal, por el subsuelo almeriense han transitado 3,1 billones de metros cúbicos de gas procedente de Argelia.
Una cifra que demuestra que el negocio marcha viento en popa para la transportista, Medgaz, y para sus clientes -Endesa, Iberdrola o Cepsa- que a su vez son accionistas.
También para Enagas, la empresa que gestiona la red gasística española y que se encarga de llevar el combustible  hasta el centro de Chinchilla del que parten ramales, como arterias humanas, para toda España y parte de Europa.
El gas cotiza cada vez más al alza en el mercado como energía limpia y más barata que la eléctrica producida con carbón o fuel-oil, a través de las posibilidades que abre a la cogeneración.
Sin embargo, Almería sigue viendo como millones y millones de metros cúbicos de esta fuente de energía discurren por canalizaciones enterradas y pasan de largo, sin que se obtenga beneficio para sus empresas y habitantes: como el que tiene un horno panadero en la puerta de su casa y tiene que ir todos los días al súper a comprar pan de molde congelado.
El problema radica en el binomio entre oferta y demanda, que se ha convertido en la pescadilla que se muerde la cola para los empresarios y las comercializadoras.
Por ahora, solo se perfila el proyecto del ramal,  que promueve Endesa, de Huércal-Overa-Baza-Guadix, que nutrirá al fabricante Cosentino y el resto de empresas del mármol de Macael. Las obras han sido declaradas de utilidad pública por la Administración aunque aún no hay una fecha precisa de ejecución.
El gas servirá para abastecer a las nuevas instalaciones de Cosentino que duplicará producción con una energía más barata que la convencional. La empresa tiene previsto construir dos nuevas fábricas, una plataforma logística, una planta de transformación de materia prima y un centro de I+D, que se abastecerán con el gas del desierto de Argelia. El tubo prevé una inversión de 153 millones de euros.
Sin embargo, no hay noticias de otros ramales primarios anunciado en la época de expansión del proyecto como el de Almería-Adra, el Almería-Níjar-Carboneras, el secundario de Antas-Garrucha y la conexión con la Central Térmica de Carboneras.
Desde Endesa y otras empresas comercializadoras se expresa que no pueden ejecutar esos proyectos porque no hay, en la acualidad, una demanda mínima garantizada que justifique la inversión prevista en el plan de negocio.
Por si fuera poco, la industria de los invernaderos, uno de los clientes potenciales claves, ha visto mermadas sus posibilidades de introducir el gas en las plantaciones por la supresión de los incentivos económicos del Estado  para nuevas instalaciones de producción de energía eléctrica a partird e cogeneración.