Retumban las calles al paso. Restallan los tambores con redobles y se imponen las melodías de las fanfarrias en este campo de batalla único, donde la única guerra que impera es la de la alegría. Por fin llegó el día que muchos estaban esperando. El momento culmen de las fiestas de los Moros y Cristianos de Mojácar 2024: el gran desfile de las huestes.
En este año la localidad mojaquera ha puesto toda la carne en el asador y más aún. Sus gentes se han volcado en la celebración de esta emblemática festividad que cada año atrae a miles de personas. La ambición e ilusión ha sido de tal calibre que más de 1.200 personas, englobadas en todas las nacionalidades que habitan Mojácar, han desfilado por las calles de la antigua ciudad morisca portando sus escudos, lanzas, trabucos y alhajas.
Los fastos comenzaron el pasado viernes, 14 de junio, dejando estampas míticas como la concentración de trabuqueros o la simbólica entrega de las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos de manos del alcaide moro Alabez. Durante esta jornada las tropas hicieron su entrada en la plaza mojaquera, entre salvas de fusilería y fuegos artificiales. Con el pregón de la embajadas cristiana y mora: Cisneros y Moriscos Alí-Olé, respectivamente se oficializaba el inicio de estas grandes fiestas.
Durante la jornada del sábado, moros y cristianos se batieron a caballo en un torneo de medieval de sin par belleza, en donde los más avezados jinetes del lugar mostraban su destreza al galope para conquistar más pañuelos que la facción rival.
Los Moros y Cristianos de Mojácar transcurrieron durante sus dos primeros días con éxito, culminando el domingo en una catarsis de historia y color. La playa de Las Ventanicas ha albergado una espectacular batalla de fusilería entre las kábilas moras y los trabuqueros cristianos. El olor a pólvora invadía las calles y espoleaba las ganas de festejar. Pero fue cuando el reloj ha marcado las 18:30 cuando las más finas vestimentas y las armas hicieron acto de presencia.
A la vanguardia del bando cristiano los Templarios marcharon la marcha seguidos de los bandoleros. Todos ellos dirigidos por la capitanía de Cisneros. Los moros, por su parte, no se dejaron amedrentar y salieron a las calles del pueblo en formación, espoleados por la música. El grupo Aljama Mudéjar ha abierto la marcha, escoltado por Los Moros Viejos. Tras ellos, Tuareg Moxacar y cerrando filas los Moriscos de Alí-Olé, los hombres de armas de la capitanía mora, quienes pusieron el broche final a unas fiestas singulares.
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