Un mercado de ganado era aquel lugar físico donde se llevaban a cabo la compra-venta de ejemplares de vacuno, ovino, caprino y equino, principalmente, tanto con destino a recría como de abasto (consumo humano). Dichos encuentros servían para que ganaderos, tratantes y operadores realizaran transacciones, intercambiasen opiniones y establecieran los precios medios.
Esta actividad que ya es carne del pasado no es olvidada por muchos en Adra y recuerdan con añoranza que condicionó de alguna manera las formas de vida de nuestras gentes en años pasados. El mercado de ganado en Adra siempre fue una dominante referencia de cuantos pudieran existir por los alrededores.
Otras fuentes, apuntan que la reina Isabel II concede también la Feria de Ganado en 1853 coincidiendo con los orígenes de la feria de Adra y a celebrar los días 4, 5 y 6 de septiembre. En los primeros años, la Feria se celebraba en honor a la Virgen del Mar, que siempre fue venerada, estando su emplazamiento localizado en torno a la C/ San Sebastián, la Plaza del mismo nombre, el Camino del Lugar, la rambla de las Cruces y la antigua carrera de la Playa (hoy Natalio Rivas) en el emplazamiento del perímetro de extramuros que rodeaba las murallas de Adra La Nueva.
Por otro lado la información más antigua que se tiene escrita (profesor e historiador, Don José Albarracín) es en un acta capitular de 1880, siendo por entonces alcalde, Juan José Godoy Barranco, que por cierto, dejó la alcaldía al año siguiente por una hemiplejia, donde se aprueba la reforestación del cerro Buenavista, con el objetivo de tener sombra para la celebración de la Feria de Ganado. El cerro de Buenavista eran unos terrenos de propiedad municipal, situados a poniente de la parada de los taxis, donde empieza la calle Padre Manzano hasta la plaza de Andalucía.
La Virgen del Mar es en la actualidad la Patrona y Alcaldesa perpetua de la ciudad. Estas ferias remaban entre el ganado caballar, asnal, mular y bovino siendo sus características de excelentes ganados, tanto para la carga como para tiro, dándose cita los principales comerciantes y tratantes en un mercado muy abastecido para su labor. Todo daba buen juego, y hasta el público reinante salía satisfecho.
Había compradores de todas las clases y condición que iban presentándose en cada feria con las mejores cabezas de ganado. Era un mercado que rebosaba animación y que derramaba firmeza con numerosísima afluencia de forasteros. Y es que el día de mercado, producía mucha expectación. El lugar se abría a temprana hora para la instalación de puestos y descarga.
Se vendían cerdos, borregos, cabras, burros, mulos, caballos, y todo tipo de aves. También se ofrecían productos de la vega, sobre todo procedentes de los cortijos. En la zona había varios pilones para beber el ganado y tenderetes donde se vendían objetos artesanales relacionados con la ganadería y la agricultura: cencerros, guarnicionería, herramientas talabartería y artículos varios para el campo; albarcas, espuertas, serones o aguaderas entre un larguísimo etcétera.
En 1953 se celebra la VIII Feria Exposición de Ganados. Trascurren los años y la pujanza es cada vez mayor en el mercado de ganado que se celebraba en la ciudad – los días 2 y 16 de cada mes- suscitando una ampliación en el calendario debido a que estos dos días son insuficientes aconsejándose la implantación de un tercero. En 1953 se celebró la VIII Feria Exposición de Ganados batiendo todos los records en asistencia y exposiciones. En la casa consistorial y por unanimidad se aprobó en sesión plenaria del día 27 de enero de 1964 el aumento a un tercer día al mes en el calendario su celebración. Por ello la Alcaldía presidida por Antonio Olmedo Rodríguez, somete a consideración del Pleno y esté conforme en la propuesta para acordar e iniciar la autorización necesaria al Excmo Sr. Gobernador Civil que fuese el día 24 de cada mes. En los años sucesivos el mercado consigue una buena reputación y pasará a ser uno de las más importantes de la provincia.
El 31 de enero de 1969 el ayuntamiento abderitano después de examinar la nueva Orden del Ministerio de Agricultura en su punto 11 y considerando que no pueden ofrecer o adquirir nuevos terrenos para el nuevo emplazamiento del Mercado de Ganado y a fin de acogerse a los nuevos beneficios de la nueva Orden Ministerial acordaba también por unanimidad, dirigir instancia acompañada de la Memoria al director General de Ganadería solicitando la convalidación del actual Mercado de Ganado. Llegado al punto de ruegos y preguntas el señor Linares sugiere la conveniencia de solicitar al Ministerio de Obras Públicas la concesión de terrenos en la playa de Poniente para Mercado de Ganados.
Así mismo, el 10 de marzo de 1969 el concejal Juan José Jiménez Santisteban, pregunta sobre la cesión de terrenos en el Puerto para la instalación del Mercado de Ganado y la gestión por parte del señor alcalde que ya tiene realizada con el ingeniero jefe del grupo de Puertos de Motril pidiendo información para la posibilidad de dicha cesión. El 28 de abril de 1969 ruega se inicie el expediente de petición de ocupación de los terrenos en la zona portuaria para la instalación del Mercado de Ganados.
Cuando la mano valía una escritura aquel mercado, como decía Don Francisco Crespo (Adra, 1943), profesor, historiador y pintor, se situaba en la Rambla de las Cruces, junto al puentecillo de la Carrera. La fuente, situada junto a dicho puentecillo servía para calmar la sed tanto de humanos como de bestias. En medio de la feria se situaba un quiosquillo de madera que vendía chucherías para los chiquillos y que era de forma circular. En la esquina superior existía una talabartería.
De los cortijos venían las gentes con sus animales y frutos para venderlos y daban lugar a la peculiar figura e imagen de la cortijera en el asno con su paraguas negro para protegerse del radiante sol. En esta feria las bestias se cambiaban o vendían mediante el llamado “trato”, por lo que acudían tratantes de toda la zona, siendo los más populares los de Albuñol (Granada). En muchas de ellas no había escritura, la única firma era un apretón de manos; compra y venta de géneros, se ejecutaban bajo ese originario aval.
Marranillos, pollos, conejos, lanar y cabrio se entremezclaban entre vendedores y compradores. Las labores agrícolas requerían de la ayuda indispensable de mulos, machos, yeguas y burros, usados como animales para el arado y de carga para acarrear los productos del campo. En estos tiempos actuales, los días también han sufrido variación siendo los primeros y terceros sábados del mes y ya no cuenta con la presencia física de animales.
Aunque algunos mercados de ganado no tienen el peso que tenían hace décadas, otros lo mantienen vivo, de manera que siguen siendo un punto de encuentro para ganaderos, tratantes y operadores. En el caso de Adra, en 1974 se observaría la minoría en puestos y asistentes. Esa tónica cambió poco después cuando los puestos empezaron a quedarse desiertos porque entraron en vigor las normativas de sanidad animal. La compra y venta de géneros había decaído. El 25 de agosto de 1975 y siendo alcalde Arturo Oliva Rivas declara la entrada de la Orden del 15 de junio de 1975 sobre la ordenación de los mercados de ganado lo que hace desaparecer poco tiempo después el emblemático Mercado de Ganado en Adra. Atrás, quedaban intensos años de historia.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/275942/el-mercado-de-ganado-en-adra