Lugares marcados por la huella franquista en Almería: cuáles son y dónde están

El recorrido de La Desbandá o los refugios antiaéreos son algunos ejemplos paradigmáticos

Vista de los refugios antiaéreos de Almería, calificados como Lugar de Memoria Democrática.
Vista de los refugios antiaéreos de Almería, calificados como Lugar de Memoria Democrática. La Voz
Elena Ortuño
20:28 • 19 jun. 2024 / actualizado a las 21:31 • 19 jun. 2024

El recuerdo del pasado almeriense está enraizado en determinados lugares de la provincia, que quedaron marcados indefectiblemente por la represión franquista a partir de 1936. Irónicamente, hoy en día tan solo se encuentra recogido en el inventario del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática el Monumento a los Mártires de la Libertad, que rememora a los fusilados por el intento de pronunciamiento contra el absolutismo de Fernando VII, ocurrido bastante antes del Golpe de Estado de julio de 1936.



Los lugares del recuerdo catalogados



Bajo el suelo de la ciudad de Almería reptan 4 kilómetros y medio declarados en 2013 como Lugar de Memoria Democrática por la Junta de Andalucía. Son los refugios antiaéreos de la capital, testigos del horror de los bombardeos sufridos durante la Guerra Civil.



Aunque hay dos lugares que ostentan su misma categoría de manera oficial, tan solo los refugios cuentan con una placa identificadora. La antigua Cárcel Modelo del Ingenio y el Monumento a las Víctimas del campo de Mauthausen son hoy Lugares de Memoria tan solo sobre el papel, puesto que no están señalizados ni bien conservados.



Son dos lugares clave para la memoria almeriense. La Cárcel del Ingenio, que fue antes una fábrica de químicos y de azúcar y después una prisión improvisada del bando republicano, llegó a hacinar a 7.000 presos durante la dictadura. Allí, los reclusos pasaban hambre y se sometían a la insalubridad de las celdas. Algunos desafortunados eran fusilados sin juicio previo. Hoy, de la prisión solo queda la fachada principal. 



En el caso del monumento, recuerda a las 142 víctimas almerienses que perdieron la vida en los centros nazis de exterminio. Es una conmemoración que pasa desapercibida, ya que no hay cartel alguno que acompañe a la estatua. Martirio Tesoro, vicepresidenta de la Asociación de Memoria Histórica Rocamar, denuncia que las placas fueron "vandalizadas y destrozadas" y que "hoy ya no existen". Señala también que ha pedido en varias ocasiones su reposición al delegado de Cultura, Juan José Alonso Bonillo, pero "continúan sin ser restituidas".



Otros sitios con pasado



Durante los últimos años, la Junta de Andalucía no ha vuelto a pronunciarse sobre los posibles nuevos lugares de memoria que las asociaciones le plantean. Frente a su inacción, Fernando Martínez, Secretario de Estado de Memoria Democrática, señala que además del Monumento a los Mártires de la Libertad, hay otros en proceso de ser reconocidos a nivel estatal. 


La Desbandá es el nombre con el que se conoce a la matanza de miles de malagueños que iban de camino a Almería, el último reducto republicano de Andalucía durante la Guerra Civil. Se estima que entre 3.000 y 5.000 personas perdieron la vida a raíz del bombardeo perpetrado por el bando sublevado. Se trata de la masacre más desconocida de todo el conflicto y, hasta hace no mucho, también la más silenciada. Este año el Ministerio ha declarado el llamado "camino de la muerte" como Lugar de Memoria Inmaterial.


Paco Vigueras, presidente de la Asociación La Desbandá, señala que dentro de la provincia habría que reconocer tanto al municipio de Adra como al Paseo de Almería -en la propia capital-, donde las tropas franquistas recibieron a los civiles que huyeron de Málaga a base de bombas. "Estamos trabajando para que se coloque en el Parque Nicolás Salmerón una estatua del doctor Norman Bethune, el héroe de la Desbandá", explica.


Los campos de concentración de Tíjola y de Viator, así como el cementerio municipal de San José y de Santa Adela, cuyos muros aún conservan las marcas de las balas de los fusilamientos, son otros lugares que las distintas asociaciones memorialistas creen necesario reconocer. "La misma consideración se merece el lugar donde el estudiante Javier Verdejo fue asesinado en 1976", coinciden Tesoro y Vigueras. Para este último, es clave que la tragedia también sea denominada como Lugar de Memoria Democrática.



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