‘58 escalones’ de sonrisas, lágrimas, agradecimiento y esperanza

Antonio es un joven del Poniente de apenas 33 años que pasó 44 días en la UCI del Hospital Universitario de Poniente durante la pasada primavera y que este jueves, 11 de julio, ha vuelto a ese mismo lugar pero de un modo bien diferente. 

Y es que Antonio llegó a la UCI hace unos meses en camilla, con carácter de urgencia y debido a una cuestión médica de la que a día de hoy sigue en proceso de recuperación plena. Sin embargo, en su visita de este jueves, este joven ha llegado a este espacio, ubicado en la primera planta del hospital, por su propio pie y tras haber completado el reto de los ‘58 escalones’.

“Ha sido duro pero estoy muy contento y muy feliz”, ha explicado Antonio en relación a un proceso sobre el que ha confesado que “no pensaba que habría tanta gente ayudándome, apoyándome y cuidándome aquí en UCI, donde me han cuidado mucho”.

A nadie se le escapa que los vínculos emocionales que se crean en este tipo de situaciones son muy fuertes, tal y como ha corroborado su pareja, a la que le tocó vivir desde el otro lado esos 44 días de ingreso en la UCI. “Desde que se fue de aquí, no había vuelto y me vuelvo a acordar de las cosas y es duro. Pero me alegro de verlos porque se han portado muy bien con la familia y con él. Lo han cuidado mucho y yo venía, me iba mal, pero tranquila porque veía que lo estaban cuidando muy bien. Se han convertido como en una familia”, ha indicado.

Por este motivo, no es de extrañar el caluroso recibimiento que han recibido ambos en la sala de reuniones de la UCI, donde el nutrido grupo de profesionales que ha tomado parte en el proceso de cuidado y recuperación de este paciente le ha hecho entrega de un diploma con los progresos en el reto de los ‘58 escalones’ y de una planta simbolizando su recuperación.

¿Y por qué el programa se llama '58 escalones'? Pues porque esos son los peldaños que separan o conectan, según sean las circunstancias de cada persona, la zona de sótano en la que se encuentra el gimnasio de Fisioterapia y la primera planta, donde se ubica la Unidad de Cuidados Intensivos.

Satisfacción en doble dirección

"A través de esta iniciativa se pretende cerrar un ciclo, en el que la UCI salva la vida al paciente y el trabajo de fisioterapia le permite recuperar sus hábitos y volver a vivirla de forma plena", ha puesto de relieve la presidenta de la Comisión de Humanización, María Teresa Estévez, quien ha explicado como esta iniciativa "permite a los pacientes reconciliar su parte emocional con ese momento tan duro que vivió en la UCI y también permite que los profesionales sientan una satisfacción al poder ver recuperado al paciente que estuvieron cuidando tanto tiempo. Ya que, normalmente, ven al paciente saliendo en cama o sin poder comunicarse bien... y verlos ya de esta manera es una recompensa para los profesionales".

Así que este es el espíritu de una iniciativa que surgió de una paciente que necesitaba subir escaleras para su recuperación funcional y que se puso ese reto de ir avanzando etapas hasta superar estos ya famosos 58 escalones. Y, a partir de ahí, se puso en marcha todo el proceso para convertir esta necesidad detectada en un proceso protocolizado e incorporado a las varias decenas de programas de humanización impulsados por el centro.

Proposición a los pacientes

El tratamiento por parte de Fisioterapia de los pacientes de larga estancia en la UCI comienza en esta misma unidad y continua después con el pase del paciente a planta. Y tras su alta, sigue en marcha pero ya con un plan personalizado en el gimnasio, con sesiones periódicas destinadas a ayudar al paciente a recuperar su movilidad. 

Y es en este proceso cuando a estos pacientes se les propone la inclusión en el proyecto. Y mientas van avanzando en su rehabilitación, se le van proponiendo diferentes pasos a seguir en su recuperación,  adaptados a su estado y a sus necesidades, hasta que están en condiciones óptimas  de superar el reto de realizar ese recorrido ascendente.

Compromiso con la 'humanización'

"Creo que podemos decir que estamos en el epicentro de la apuesta por la humanización en el entorno sanitario de Andalucía", ha resaltado durante la presentación de esta iniciativa el delegado de Salud de la Junta, Juan de la Cruz Belmonte, que ha acompañado durante este simbólico recorrido y su visita a la UCI a Antonio, el paciente que recordará para siempre aquel 11 de julio en el que subió 58 simbólicos escalones.

Y lo cierto es que por falta de ánimo no habrá sido ya que también le han acompañado en su recorrido el  director gerente del centro, Pedro Acosta, la directora de Enfermería, Consuelo Artero,  la presidenta de la Comisión de Humanización, María Teresa Estévez, los referentes del  proyecto, la fisioterapeuta Silvia González y el enfermero de UCI Juan José García,  además del paciente Antonio Manuel Gómez y Miguel Hernández, gerente general de  la empresa Smurfit Kappa, que ha colaborado en el desarrollo del proyecto.

En concreto, gracias a la colaboración de la empresa Smurfit Kappa se han decorado con vinilos las escaleras por las que han de transitar los pacientes, así como el pasillo del sótano y se ha creado un pequeño ‘photocall’ en la UCI, todo ello con el objetivo de motivar a los participantes en el proyecto.

En definitiva, se trata de una suma de pequeños gestos que conectan la vertiente física con la emocional y comunitaria de ese hervidero de actividad y emociones que es un centro hospitalario.