Pese a que lleva más de una década acogiendo a decenas de miles de
personas año tras año, la última edición del festival The
Juergas Rock se enfrentaba a no pocos retos, algunos novedosos para
esta cita más que consolidada en el panorama musical de la
provincia.
El principal,
quizás, era el de medirse ante su propio éxito. La pasada edición de 2023 dejó
el listón más alto que nunca para este festival que trae cada
verano hasta tierras almerienses a varios de los mejores grupos de
rock, punk o rap, entre otros géneros. Motivado sobre todo por la
presencia de grupos como Ska-P el festival superó todos sus récords
y maduró como tal. Lo sucedido estos días ha demostrado que no fue
algo circunstancial, ni fruto de la casualidad o de un sólo y reconocido grupo.
Lo que ha ocurrido
en la playa de Adra entre el 31 y el 3 de agosto ha disipado todas
las posibles dudas o incertidumbres que pudieran rodear a esta
edición tras lo logrado en la anterior. De hecho, esos miedos (si es
que los había) desaparecieron pocos minutos después de abrir las
puertas por primera vez. La primera y festiva jornada de conciertos
con grupos como La Pegatina, que logró congregar a un gran número
de personas frente al escenario ya mostró que The Juergas Rock
Festival 2024 iba muy en serio.
Un pistoletazo de
salida lleno de público y color, con la festividad que acompaña a La Pegatina,
de fuerza con Manifa y también de baile y cumbia de la mano de
Eskorzo. Toda una fiesta de bienvenida que sirvió como aperitivo
para lo que estaba por llegar.
El jueves desfilaron
por un escenario que tiene el privilegio de mirar al mar del que se encuentra a escasos
metros de distancia nombres como, entre otros, el de Muchachito Bombo
Infierno, Talco o Boikot. Referentes de distintos géneros como la
rumba, el ska y el rock que son una muestra de la variedad de propuestas
que trae desde hace ya once ediciones este evento promovido por
Berrintxe Producciones con la colaboración del Ayuntamiento de
Adra.
“Hemos convertido Adra en el paraíso del punk y
el rock. Habéis hecho de The Juergas Rock 2024 la edición más
cañera de toda nuestra historia”, resumía en redes el
propio festival horas después de cerrar sus puertas. Ayudan también políticas como el acceso a agua potable al público general y que se mantengan lo que aún se pueden considerar precios económicos en las consumiciones, sobre todo comparados con otros eventos de gran magnitud. Entre los ejemplos, no era necesario pagar la 'reentrada (la posibilidad de salir y entrar al recinto más de una vez al día)', algo que se ha convertido tristemente en tónica habitual en festivales.
Pero volviendo a esa definición de
esta edición como la más “cañera”, a ello contribuyó sin duda lo
ocurrido el viernes. Non Servium pisaban por primera vez el escenario
abderitano y, desde luego, no se le olvidará a los presentes. A
quienes ya les conocían no les decepcionó la fuerza y el sonido
sólido y potente que desprenden. A quienes no les conocían, les
cautivaron tras dos compases.
Así dejaron el
pabellón, bien en alto para que cogieran el relevo los no menos
enérgicos (aunque más desenfados) Lendakaris Muertos, parte de los
más esperados junto con otro clásico del festival como Los De
Marras.
“Hemos sido miles
de personas que juntas hemos creado durante estos cuatro días una
experiencia que contaremos a todo el mundo y que cuando la
recordemos, no podamos evitar que se nos escape una sonrisa”. Y es
que The Juergas Rock Festival se ha convertido en una experiencia,
más allá de los clichés para los que se suele utilizar esta
expresión. La combinación de la playa a escasos metros del camping y del escenario, el ambiente en su paseo marítimo
junto al recinto y la convivencia entre ‘juerguistas’ y
abderitanos ha creado una experiencia única.
Entre esas cosas
creadas y que a buen seguro contarán sus asistentes, se encuentran cómo grupos como Sons of Aguirre lograron congregar a miles de
personas a las seis de la tarde pese al calor asfixiante, aliviado
eso sí por un personal que, manguera en mano, recorrió más
kilómetros para alegría de los presentes que algunos de los
cantantes más enérgicos.
Iseo & Dodosound
tomó el relevo y dio paso a la traca final. Sobran presentaciones
para un rapero que tras 30 años de carrera ha hecho historia en el
género y la música española, como es Zatu y su formación SFDK,
que prendió una mecha que posteriormente Soziedad Alcohólika no
dejó que se apagara con su trash metal y punk, dejando el festival
en su cenit.
Los puños en alto y
los pogos fueron de nuevo sustituidos por las trompetas y los bailes
incesantes que regresaron con Dubioza Kolektiv, para vivir un fin de
fiesta con acento andaluz y sonidos electrónicos con Narco y Dub
Elements.
The Juergas Rock
Festival ponía así fin a una nueva edición en la que, entre otros
factores, le tocó enfrentarse a sí mismo. Y, visto lo visto sobre
el escenario y frente al mismo, superó el examen con sobresaliente.
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