Las Fiestas de este pueblo de Almería “siempre acaban en el Lago”.
Una afirmación que no se debe ni mucho menos a que todos los vecinos
acaben zambullidos en el agua. Lejos de ningún tipo de relación con
un lago, río, poza o balsa, ‘El Lago’ es la canción de Triana
escogida desde hace décadas en la localidad de Albanchez como broche
de oro para sus fiestas patronales en honor a San Roque.
La localidad situada
en el Valle del Almanzora y a 80 km de la capital
provincia y que cuenta con menos de 700 habitantes censados revive
cada agosto uno de los momentos más mágicos que se precien en unas
fiestas de pueblo y es que ese momento de cierre de las Fiestas de
San Roque es algo digno de ver.
Un hecho que se ha
convertido en toda una tradición en la localidad y que deja una
estampa hipnótica cada verano. Durante seis minutos, el tema resuena
en el aire, creando un ambiente casi etéreo donde los vecinos,
formando un círculo, se unen en un solo coro, y al ritmo de la
música, bailan en un momento digno de ser inmortalizado.
“Ayer
tarde al lago fui, con la intención de conocer algo nuevo nos
reunimos allí y todo comenzó a surgir, como un sueño”, así lo
dice la letra de la canción y así sucede cada año en Albanchez.
Casi como en un sueño en los minutos de duración de la canción, los jóvenes entrelazan sus brazos y se acercan en grupo con los de
enfrente en lo que parece todo un ritual de hermanamiento,
sentimiento y tradición para los vecinos. La letra de la canción,
que habla de la búsqueda de nuevos horizontes y de un sueño
compartido, se convierte en una metáfora perfecta para la
experiencia vivida.
Al finalizar la
canción, la plaza se llena de colorido cuando los vecinos, en una
explosión de entusiasmo, se abalanzaban sobre la decoración ubicada
en el techo para arrancar todo el confeti y quemarlo. Así se encienten pequeñas
hogueras en la misma plaza donde acaban con todo vestigio de las
Fiestas. “¡Viva San Roque!” se podía oír en algún que otro
rincón y así se sellaba otro año de fiesta y tradición con esta
peculiar ceremonia.
Este ritual, que se repite año tras año, no solo marca el fin de las festividades, sino que también reafirma el compromiso de Albanchez con su cultura, manteniendo vivas las tradiciones que han unido a generaciones. Con la promesa de un nuevo reencuentro en las próximas fiestas, los vecinos se despiden, llevando consigo el eco de risas y la magia de ‘El Lago¡.
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