El Trasvase de aguas del Negratín hasta el Almanzora, una faraónica construcción que cumple ahora 20 años, ha sido la obra privada más rentable para el Estado en la historia de la provincia.
A grandes rasgos, desde la llegada de las primeras aguas de la cuenca del Guadiana Menor, se han consumido casi mil millones de metros cúbicos. Teniendo en cuenta que un jornal en el campo se sufraga con 10 metros cúbicos, se han generado en este tiempo casi cien millones de jornales que han reportado en cuotas a la Seguridad Social en torno a mil millones de euros, teniendo en cuenta que por cada día y trabajador se cotizan 10 euros.
A ello se le añaden los 30.000 empleos directos generados en el Valle del Almanzora, lo que ha contribuido a mantener la ocupación en la zona de influencia del Trasvase y dejar el paro por debajo del 7%.
Uno de los principales impulsores de esta provechosa obra y presidente de la empresa pulpileña Primaflor, Lorenzo Belmonte, expresaba hace unos años que “la importancia del Negratín no es solo el empleo generado, sino también lo que ha evitado de paro en la comarca y los costes que tiene pagar las prestaciones por desempleo para la Agencia Tributaria”.
Otro de los factores por los que siente orgullo Belmonte y el equipo directivo de la sociedad Aguas del Almanzora S.A. que gestiona este Trasvase es en todo este tiempo transcurrido “porque es una obra modélica que solo pierde de un 1% de agua, mientras que el Tajo-Segura se deja entre un 10% y un 15% en pérdidas”. Además, el Negratín ha contribuido también, por la parte que necesariamente va a consumo doméstico a través de Galasa, a que durante el verano el sector turístico pueda mantener una alta ocupación hotelera en el Levante almeriense. La mayor parte del agua con la que riegan los agricultores del Almanzora y del Levante en más de 25.000 hectáreas proviene del Negratín: 43 hectómetros y 7 para consumo domiciliario, a un coste de unos 30 céntimos.
Para apuntalar mayores dotaciones de agua los regantes almerienses compraron tierras en zonas de arrozales del Guadalquivir cuyo producto llevan comercializando varias campañas con notable rendimiento. Para poder ejecutar esta colosal obra hidráulica, que va casi en su totalidad enterrada en tubería, las 19 comunidades de regantes iniciales que participan en la sociedad tuvieron que contraer un crédito de 180 millones de euros, que sumados intereses a 50 años, alcanza una cantidad global de 460 millones d euros. Ya se han pagado 13 años, aunque aún quedan 38 años.
El desembolso anual es de cinco millones de euros, una cantidad a la que los regantes hacen frente a través de un canon por metro cúbico consumido.
Gracias a este caudal la producción de lechugas en la comarca supera ya las 200.000 toneladas con unos ingresos que se acercan a los 200 millones de euros. El proyecto de contenedores en Pulpí, Port Rail Almanzora, puede complementar también esta prosperidad.
En la actualidad, la suspensión del Trasvase por no llegar el pantano del Negratín a los 210 hectómetros desde hace varias campañas está acarreando quebraderos de cabeza a los agricultores del Levante almeriense, unido a los problemas de la desaladora de Villaricos.
La historia de un Trasvase llamado 'Imposible'
Si un grupo de arrojados empresarios agrícolas del Levante, a finales de los 90, no hubieran empezado a ver viable esta obra a la que llamaban ‘El Trasvase imposible’, buena parte de esas tierras de labor del Bajo Almanzora hasta Pulpí, pasando por Vera, Cuevas, Antas, Zurgena Albox o Huércal-Overa, serían hoy improductivas. A través de esas improvisadas reuniones en bares de carretera se le fue dando forma este proyecto del que quedó descartada la inversión pública desde el primer momento. En 1997 se constituyó Aguas del Almanzora y en 2003 llegaron las primeras aguas al pantano del Almanzora.
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