Todos los años, desde agosto hasta marzo, tiene lugar la temporada de caza, un periodo en el que los montes de Almería se llenan de aficionados, escopeta en mano. Todo aquel que quiera participar en dicha práctica ha de hacerlo dentro de un coto, es decir, de un lugar delimitado especialmente para ello. Sin embargo, algunos vecinos de Huércal de Almería denuncian que esto no se está cumpliendo en el término montañoso de su municipio.
Según Juan Cumbes, uno de los vecinos, "como el monte está seco y carece hoy de conejos y perdices en sus cimas, a los cazadores no les compensa subir. Se quedan cerca de las poblaciones y en lugares prohibidos de caza, como el barranco Hiniesta, la zona de la rambla Amatisteros en Almería; la rambla del Potro, la rambla del Pollo y el antiguo campo de golf en Huércal de Almería".
Lamentan que cualquiera que desee disfrutar de un paseo por la naturaleza huercalense, tanto familias como ciclistas, corredores y senderistas, deben ir siempre con cuidado de no adentrarse en una zona de tiro. "Lo peor es que escriben a mano de manera ilegal 'coto de caza' en piedras, troncos y vallas para que nosotros no pasemos por ahí. Al final nos quedamos sin poder disfrutar de las casi 1.500 hectáreas de montaña de Huércal", añade Cumbes.
El huercalense, que ya ha recogido 150 firmas para pedir al Ayuntamiento que actúe en consecuencia, alerta de que "a un kilómetro del pueblo hacen batidas de jabalíes": "Una bala así atraviesa a las personas, son balas potentes", alerta. Añade además que no solo se limitan a los espacios privados, sino que también "han invadido zonas de titularidad pública". Al respecto, las autoridades municipales han negado haber recibido ninguna queja formal y señalan que "en la zona montañosa no hay ningún terreno que pertenezca al Ayuntamiento" y que, por ende, no tienen competencias: "La disputa tienen que arreglarla entre ellos".
Una denuncia por agresión
La tensión se ha trasladado en los últimos meses a la acción violenta. El pasado 24 de julio uno de los vecinos interpuso una denuncia por un "delito de amenazas". Según el propio documento, "se encontraba paseando a su perro junto con su mujer por un camino que va hacia el depósito de agua de Huércal de Almería, cuando observó a una persona mayor discutiendo con un cazador armado con una escopeta".
El texto continúa diciendo que al estar dicha persona mayor enferma del corazón, el vecino decidió intervenir. Después de gritar el cazador que se encontraban en un coto privado por el que no podían pasar, "les llegó a amenazar con la escopeta diciéndoles que les iba a pegar un tiro. Posteriormente le propinó un empujón y le tiró las gafas al suelo. Al agacharse para recogerlas, le comenzó a dar golpes".
Dadas las circunstancias, los vecinos alegan que no se atreven a acercarse a las zonas montañosas por miedo a las represalias que puedan sufrir a manos de una persona con una escopeta.
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