Los pueblos que han viajado al Imperio Romano para rememorar su pasado

Entre cascos romanos y togas el barrio del Chuche, en Benahadux, ha alojado este sábado la popular e histórica "Confraternización Vrci-Alba". Se ha llevado a cabo en el marco de las “VIII Calendas Romanas Vrcitanas”, una fiesta que se celebra en honor a la diosa Concordia, deidas del acuerdo, el entendimiento y de la armonía matrimonial. 

Al acto han asistido tanto la alcaldesa benahudense Noelia Damián como la concejala Loreto Moya, en representación del Ayuntamiento de Abla. Ambas autoridades han descubierto la placa conmemorativa alusiva, colocada en la réplica del miliario romano, instalado en la rotonda del barrio. Después del simbólico acto, tuvo lugar el Pregón, bajo este título, a cargo de Antonio José Ortiz, que expuso la vinculación ibero-romana existente entre ambos pueblos durante la Edad Antigua, que están considerados entre los más antiguos de Almería y Andalucía.

A partir de las fuentes clásicas

El Pregón se ha basado en las fuentes literarias clásicas que citan a ambos pueblos en época ibera (ss. VI-I a.C.). Cayo Plinio “El Viejo” menciona en su obra 'Naturalis Historia' a la ciudad de Vrci, cerca de la costa, y a los “Alabanenses”, un pueblo prerromano que varios autores lo vinculan con Abla.

De igual forma, Claudio Ptolomeo cita en su obra 'Geographia' a Abula (tierra adentro) y Vrci (en el litoral), así como a dieciséis ciudades iberas pertenecientes a la regio Bastitania. Con el Edicto de Latinidad del emperador Vespasiano (años 73-74), Vrci y Alba aparecen configurados administrativamente como municipios latinos, dotados de un Senatus local o curia, que era el principal órgano institucional de la administración local y de las principales magistraturas.

También aparecen nombrados en la Tradición de 'Los Siete Varones Apostólicos' (s. I), referida a unos discípulos enviados desde Roma por S. Pedro y S. Pablo a Hispania con finalidad de predicar el cristianismo. En las fuentes documentales aparecen citadas Vrci y Abula, junto a otras cinco ciudades apostólicas, al ser evangelizadas respectivamente por S. Indalecio y S. Segundo, donde establecieron sus respectivos obispados.

Por tanto, Benhuadux y Abla están consideradas entre las primeras poblaciones cristianizadas en suelo hispano. El Itinerario de Antonino (s. III) registra, en el camino de Castulone (Linares) a Malacam (Málaga), a Alba y Vrci, distantes entre ellas 24 millas romanas. Ambas estaban provistas de un miliario romano indicativo de la distancia y una mansio u hospedería para viajeros.

Se trataba de un camino prerromano, que conectaba las tierras oretanas del Alto Guadalquivir con la costa mediterránea. Era trascendental para la exportación de los minerales y excedentes agrícolas por Portus Magnus. En sentido contrario, servía de importación de productos romanos, griegos y de la zona oriental del imperio.

Por esta importante ruta (ibera, púnica y romana) transitaron legiones en marcha, comerciantes y viajeros. Por ella entró el cristianismo, la cultura y la civilización romana, y por supuesto la fraternidad urcitana-abulense. No cabe duda de que, por la cercanía, las relaciones sociales entre las vecinas Vrci y Alba fueron fructíferas y bienavenidas.

Continuó la jornada con Tiro con arco (Sagittarioum), Baño de purificación (Purification Bathoniensen), y la Ceremonia del clavo (Idus de septiembre). Para finalizar se deleitó a los asistentes con un baile popular (Popularis Chorus). Este acto de confraternización ha servido para estrechar los lazos culturales que unen a Benahadux y Abla, y para corresponder, más adelante, con una celebración recíproca en Abla.