Roquetas de Mar

Un roquetero triunfa a nivel mundial en Bélgica con agapornis verdes y azules

José Cobos, con 15 años de trayectoria en la cría de aves, brilla en el BVA Masters

José Cobos con el arlequín verde premiado.
José Cobos con el arlequín verde premiado. La Voz
Fran García
19:07 • 24 sept. 2024 / actualizado a las 19:20 • 24 sept. 2024

Poco a poco, de casualidad o casi sin querer. Así es como empiezan muchas aficiones que, en algunos casos, acaban desembocando en historias interesantes y extraordinarias. Casos como el de José Cobos, criador de aves roquetero que acaba de alzarse con tres galardones en el BVA Masters, el concurso de agapornis más importante del mundo celebrado en Bélgica. 



En concreto, sus aves han logrado la medalla de oro al mejor pájaro del concurso en la raza arlequín verde, el primer premio en color azul edged y el tercer premio en arlequín azul.



“Es un logro muy grande. Llevo muchos años en el tema de las aves y conseguir el premio a mejor pájaro del concurso no se consigue todos los días”, explica con satisfacción Cobos, quien ha alcanzado este premio tras su tercera participación en este evento.



No obstante, antes de llegar a este punto, este roquetero ha pasado por una travesía de 15 años entrando, conociendo y disfrutando del mundo de la cría de las aves. “Entré porque compré un loro grande. Después compré un agaporni, empecé a criar, fui conociendo a criadores, morfologías y calidades de aves... y así empezó todo”.



Y ese todo al que se refiere José Cobos no es otra cosa que un extenso criadero doméstico de “unas 70 aves, aproximadamente, de diferentes colores y mutaciones”, calcula Cobos.



De la familia
No cabe duda de que para poder llevar a cabo una tarea de esta magnitud es necesaria la complicidad de los miembros de la familia. “Mi mujer y mis niños lo llevan bien porque se han acostumbrado. Además, mis dos niños están como locos. Cada uno tiene su ave y la cuida y la saca… lo llevan bien”, explica el roquetero.



Por este motivo, no es de extrañar que el vínculo creado con las aves, después de tantos años, sea muy especial. “Tengo agapornis de diez o quince años que como si fueran, no voy a decir un hijo porque es muy fuerte, pero que les tengo mucho cariño”, confiesa Cobos.



No obstante, eso no quita el trabajo que supone cuidar, alimentar, ayudar a crecer y emparejar tamaña cantidad de aves. “Yo termino sobre las 16.00 horas de trabajar y me asomo. A los que les falta les echo de comer, por la noche los miro otra vez.. y en la época de cría más todavía”, indica José Cobos, quien reconoce que “el trato es diario y hay que estar atentos por si les falta agua, comida… Esto es un hobby. Y como todos tiene su sacrificio y su esfuerzo si te gusta”.


Concursos
La presencia en concursos es algo habitual para José. Y ahora que cuenta con aves premiadas ‘de altos vuelos’ tanto el Campeonato de España como el de ornitología de todas las aves del mundo pueden ser sus próximos destinos.


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