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Cómo Almería y el estraperlo influyeron en un histórico ciclista español

Las rutas entre su municipio natal y pueblos almerienses fueron el punto de partida del campeón

El ciclista Bernardo Ruiz.
El ciclista Bernardo Ruiz. La Voz
Guillermo Mirón
09:31 • 11 nov. 2024

Que la necesidad agudiza el ingenio es un refrán al que pocas veces la realidad le suele llevar la contraria. Si acaso, podría extenderse a la forma física, moldeada también en no pocas ocasiones a la situación de cada individuo. Al menos ese fue el caso de uno de los primeros ciclistas profesionales de España, nacido en buena parte entre caminos naturales y precarias carreteras almerienses.

Cuando Bernardo Ruiz se subió a una bicicleta su objetivo estaba aún muy lejos de subirse al podio en el Tour de Francia. Lo hizo por necesidad, para dedicarse al estraperlo y sobrevivir. Y para ello no dudó en tener a la provincia de Almería como una de sus ‘etapas’ finales habituales.






Y es que aún hay quien recuerda el paso de un adolescente Bernardo Ruiz, subido a una rudimentaria bicicleta, por pueblos como Albox o Almanzora (Cantoria). Unas visitas que realizó en los duros años de la posguerra y que ha investigado el historiador Miguel Ángel Alonso.

“La gente aquí conoció al Bernardo chaval, no al ciclista. Venía en el tren con su bicicleta desde Orihuela, acudía a distintos establecimientos de esta zona y por la noche sí que volvía pedaleando evitando los controles de la Guardia Civil con cargas de más de cincuenta kilos”, relata Alonso.

A Bernardo no le quedaron muchas más opciones que las de dedicarse al comercio ilegal, ya que “su padre había sido miembro de la UGT y no podía trabajar de manera legal, por lo que la familia tenía que hacerlo de manera ilegal, con un carro donde recogían harina de los distintos molinos y la llevaba hasta Valencia. En uno de esos viajes un camión mató al animal que llevaba el carro y tuvieron que pasar al ‘plan B’ con otro medio, la bicicleta, y Bernardo con sus 16 años iba todos los días desde Orihuela hasta Cartagena”, recuerda el investigador.






Si empezó de forma prematura a ganarse la vida -y la de su familia- fue igualmente precoz a la hora de destacar e el ciclismo, ya que “ganó primera carrera la ganó con 18 años recién cumplidos, cuando todavía venía dos veces a la semana por Albox, Almanzora…”, detalla Miguel Ángel tras hablar con quienes aún recuerdan al ciclista valenciano.

“Lázaro López, de Almanzora o Pedro de la Fonda el Rosao de Albox, aún se acuerdan y hablan de Bernardo Ruiz. Era una persona muy conocida porque luego trascendió nivel internacional y ellos lo habían visto empezar con una bicicleta desvencijada. Pedro de la fonda, cuenta que en la calle San Leonardo veía entrar a un muchacho que luego supo que era Bernardo Ruiz. Había un comercio donde vendían vino a granel entre otras cosas. En Almanzora, Lázaro López ha contado toda la vida que en la tienda de su madre venía a hacer negocios”.

En este contexto, hay pocas frases que resuman mejor la vida y la trayectoria de Bernardo que la pronunciada por el propio vecino. “Nadie en Almanzora se extrañó de que, cuando le compraron una bicicleta nueva, fuese campeón de España”.

Así, una vez que empezó su carrera profesional, no hubo quien le parase, consiguiendo la victoria en todo tipo de pruebas e incluso subiéndose al podio en una etapa del tour de Francia. Para Miguel Ángel Alonso “la bicicleta fue lo que le hizo tener unas piernas de hierro. Ya en la vuelta al Valencia con 18 años la gana holgadamente. Fue campeón del Premio de la Montaña y es cuando, políticamente hablando, liberan a la familia cuando en el año 1944 sale en la portada de Marca y en 1945 hacen una suscripción en Orihuela para costearle ir a la vuelta a Cataluña que también gana. Ahí consigue un premio de 17.000 pesetas cuando el sueldo mensual era de unas 200 pesetas. Bernardo recordaba que estuvo horas y horas en la pensión viendo el dinero”.

Pero, ¿por qué las frecuentes visitas a estos núcleos urbanos del Valle del Almanzora. “Venía a esta zona porque había ferrocarril y porque había bastante producto como aceite y es aquí donde lo compraba de estraperlo, en el mercado negro y donde se lo envasaban en pellejos que traía este hombre y volvía así a aquella zona”, responde Alonso.

Si la frase de Lázaro López sintetiza a la perfección cómo afrontaron los vecinos de Almanzora el ascenso de este ciclista, no son mejor esclarecedoras las palabras que el propio Bernardo Ruiz dejó años atrás durante una entrevista en la Cadena SER. “Me convertí en ciclista sin darme cuenta”.





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