“Me siento como un roquetero más, no me siento extranjero”, así
dice adiós el padre Adrián a sus fieles desde Roquetas de Mar. El
religioso deja su cargo en el municipio almeriense tras once años al
frente de que fue la primera Iglesia Ortodoxa Rumana de España.
Durante el acto de despedida celebrado en pasado domingo, los feligreses de la parroquia ortodoxa rumana dedicaron unas emotivas palabras al padre Adrián,
calificándolo como un guía espiritual "generoso y comprometido", que
ha estado presente en sus momentos de dificultad y de alegría.
“Fuiste el Ángel de la Guarda que nos ayudó y aconsejó con tanto
amor en las circunstancias más difíciles, pero presente con
nosotros en la oración, la gentileza y en las alegrías.
Permanecerás por siempre en nuestras almas y deseamos que,
dondequiera que vayas, lleves la misma luz y calidez que aquí
sentimos”, expresaron con cariño los asistentes.
Gheorghe Adrian Fofiu, conocido por todos como 'El padre Adrián', cierra un capítulo de su vida y de la historia de Roquetas de Mar.
Después de más de una década al frente de la Iglesia Ortodoxa. ¿El
motivo? ha decidido regresar a su Rumanía natal para cuidar a su
familia, “tengo mujer y tres hijos”, explicaba el religioso quien
también apuntaba a la delicada salud de su madre o su suegro que
actualmente viven en Rumanía y necesitan ayuda.
Pero más
allá de ese apoyo a sus familiares, el Padre Adrián asumirá un
nuevo cargo dentro de la iglesia, “me han nombrado párroco en una parroquia de la provincia de Bihor”. Un
paso importante en su carrera eclesiástica y en su vida personal. La
noticia de su marcha llega como un adiós cargado de emoción y
reconocimiento, pues el padre Adrián ha sido mucho más que un líder
religioso: se ha convertido en un roquetero más.
El religioso llegó a la localidad hace once años, un joven sacerdote rumano que,
con su calidez y cercanía, logró ganarse el cariño y el respeto de
los roqueteros. “Roquetas se ha
convertido en mi casa. Aquí he encontrado gente con un corazón
enorme. Siempre me han mostrado un cariño inmenso, y aunque me
marche, siempre llevaré a Roquetas en mi corazón”, ha dicho con
la voz entrecortada, el padre Adrián, quien ha forjado una relación
de hermandad con los vecinos, tanto españoles como rumanos. Para él,
Roquetas no es solo un lugar de trabajo, es su hogar.
Así mismo, el propio alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat le expresó su reconocimiento como sacerdote y le agradeció personalmente su contribución a la vida social y espiritual de la
ciudad. Amat destacó la
conexión que el padre Adrián ha establecido con la ciudad y con sus
feligreses, y le dedicó unas palabras de gratitud, resaltando su
sentido de responsabilidad y dedicación: “Siempre hemos tenido
una gran amistad con la comunidad rumana. Pero todo cambió cuando
llegó el padre Adrián. Desde su llegada, ha sido más que un amigo.
Para mí ha sido como mi familia, siempre defendiendo su comunidad.
Le agradezco su trabajo, esfuerzo y seriedad”, expresó el alcalde.
El primer edil
entregó al padre Adrián un libro sobre la historia de Roquetas de
Mar, un regalo que simboliza el vínculo especial que el sacerdote ha
forjado con el municipio y que le permitirá llevar consigo un
recuerdo de la ciudad y de sus habitantes.
La primera
iglesia ortodoxa de España: su legado perdura
Uno de los legados
más importantes que deja el padre Adrián es la creación de la que
es la primera iglesia ortodoxa rumana en España,
consagrada en 2018, esta iglesia no solo es un centro de culto, sino
también un símbolo de la integración de las tradiciones ortodoxas
rumanas con la cultura almeriense, un lugar donde el respeto mutuo y
la convivencia se viven a diario.
La iglesia se ha
convertido en un espacio de encuentro para todos, vecinos y turistas
que llegan atraídos por su historia y la cálida acogida de sus
feligreses. Además, el templo
fue pintado a mano por un equipo de pintores que llegaron de Rumanía y la colaboración de los feligreses, un
esfuerzo que refleja el profundo vínculo de los fieles con su
lugar de culto. "Pintamos la iglesia juntos, y eso ha hecho que
la relación entre nosotros vaya más allá de la del sacerdote y el
creyente; se ha convertido en una verdadera relación familiar",
explicó el padre Adrián, visiblemente emocionado por el esfuerzo
conjunto.
A pesar de la
tristeza que conlleva su despedida, el padre Adrián se va satisfecho
por el trabajo realizado. "En estos 11 años, he visto cómo la
gente de Roquetas se ha interesado por nuestra iglesia, incluso
aquellos que no son ortodoxos. Es emocionante ver que nuestra iglesia
forma parte de la ruta turística de Roquetas y que tanta gente viene
a conocer más sobre nuestra fe", señaló.
La Iglesia Ortodoxa
de Roquetas no solo ha sido un lugar de culto, sino también un
puente entre culturas. En este proceso, el apoyo del
Ayuntamiento de Roquetas y de diversas instituciones locales ha sido
fundamental, con el objetivo de hacer de la iglesia un referente
cultural. “El obispado
católico nos concedió el aval necesario para crear el primer templo
ortodoxo rumano en España, y eso fue un paso fundamental. Gracias a
esa colaboración interreligiosa, hoy Roquetas tiene una iglesia que
es un símbolo de unidad y respeto”, apuntó el padre Adrián.
El futuro de
la Iglesia Ortodoxa de Roquetas
Este domingo 17 de noviembre, el
padre Adrián realizará el traspaso oficial de la iglesia al nuevo
párroco, el padre Sorin Trica, quien ha sido nombrado por el obispo
ortodoxo de España y Portugal, Timoteo. Aunque el padre Adrián se
despide, su legado permanecerá en cada rincón de este templo que ha
sido testigo de tantos momentos de fe, esfuerzo y unión.
“La iglesia
seguirá siendo un espacio de acogida para todos, sin importar su
origen. Aquí he encontrado a gente de gran corazón, y eso es algo
que nunca olvidaré”, afirma con gratitud el padre Adrián.
Con la marcha del
padre Adrián, Roquetas de Mar cierra un capítulo importante en su
historia religiosa, pero también abre uno nuevo. La comunidad
ortodoxa sigue creciendo y se fortalece en su compromiso de
integración y convivencia. Aunque el sacerdote rumano regrese a
Rumanía para asumir su nuevo cargo como parroco su influencia, su
dedicación y su amor por Roquetas seguirán vivos en la comunidad,
que siempre lo recordará como un amigo y un hermano más.
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