La carrera que ha atraído a cientos de participantes con su comida tradicional

Este domingo 24 de noviembre tuvo lugar la celebración de la carrera solidaria de la Real Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Vera que tuvo que ser aplazada debido a las consecuencias de las intensas lluvias del pasado mes de octubre. Tras los desafíos que supuso la DANA, la carrera ha conseguido superar todas las expectativas en cuanto a participación y recaudación. Con cerca de 400 corredores, la segunda edición de este evento solidario se ha convertido en todo un éxito.

A pesar de suspender la carrera por los efectos de la DANA que provocó que se “cayeran bastantes corredores de lo que es la élite del K9 porque para estas fechas ya tenían otros compromisos” Cristóbal Gallardo, Hermano Mayor de la Archicofradía veratense, aseguró que “persistimos en mantener la carrera para no perder el hilo”.

“Este año no vamos a llegar a los 400 corredores pero nos vamos a quedar cerca” confesó en una entrevista en la Cadena Ser Levante, siendo algo que “nos ha sorprendido porque afortunadamente los afiliados que se cayeron tanto en el K9 como en el K3, finalmente se han repuesto con otros”. Lo que sí que, como siempre, ha ido bien “son las carreras infantiles que siempre son un éxito”.

Gracias a la participación de esos casi 400 corredores, se estima que la recaudación gire “en torno a los 5.000 euros” que se destinarán “entre la hermandad y la Asociación Asprodalba” una asociación que tiene su sede en la ciudad de Vera que se dedica a la promoción de las personas con discapacidad intelectual del Levante Almeriense.

La gastronomía fue otro de los momentos clave del día, ya que, una vez finalizada la carrera se celebró la comida solidaria. Como “el año pasado pagamos la novatada y nos quedamos sin comida a la hora y media de abrir la barra, este año se ha preparado muchísima comida” explicaba Gallardo.

Platos caseros como “trigo, pelotas o gurullos” fueron sin duda las estrellas del día. “Un amigo mío hizo 300 raciones de trigo, también había dos paellas, dos sartenadas de migas y más de doscientas pelotas” contaba Cristóbal. Además, los cocineros que colaboraron en la comida solidaria “no solo aportaron su trabajo, sino que también se hicieron cargo de los gastos de la comida”.

A pesar de ser un año de mucho trabajo “porque hemos tenido muchos eventos en la hermandad” todavía queda la zambombada de Navidad que ya “llevamos dos o tres años preparándola y tampoco queremos perder el hilo” ya que “empieza a ser una tradición”.