Las pinturas rupestres desconocidas que podrían reescribir el origen del Indalo

En pleno corazón de Filabres-Alhamilla y formando parte de la Comarca de Río Nacimiento, en lo más recóndito del municipio de Gérgal, existe un impresionante conjunto de más de 60 pinturas rupestres con más de 5.000 años de antigüedad, que han permanecido prácticamente desconocidas para gergaleños y almerienses. Estas pinturas, localizadas a 8, 10 y 12 kilómetros de Gérgal siguiendo la rambla hacia el norte. Fueron descubiertas en 1917, pero no fueron registradas oficialmente hasta 1934.

A pesar de su antigüedad y valor histórico, la zona pasó al olvido durante décadas, hasta que, en 1981, el consejero de la Junta de Andalucía, Julián Martínez García, realizó un estudio sobre ellas, publicado por la Universidad de Granada, el cual sigue siendo la única referencia documental existente sobre estas pinturas.

Sin embargo, un maestro gergaleño ha dedicado gran parte de su vida a rescatar esta joya del patrimonio de su pueblo y ponerlo en valor. Manolo Llanos González, es el nombre del conocido maestro del municipio de los Filabres que se interesó por este patrimonio local, y el precursor de que estas pinturas hayan comenzado a recibir la atención que merecen.

Llanos, movido por su curiosidad personal y la proximidad de un cortijo de su familia a la cueva, ha dedicado años a estudiar y divulgar este patrimonio prehistórico. "Al principio, solo me pareció algo curioso, pero a medida que observaba más de cerca, me di cuenta de lo que realmente teníamos aquí: un tesoro histórico oculto", explicó el maestro.

Las pinturas de Gergal están distribuidas en varios abrigos rocosos y representan escenas de la vida cotidiana de los que pudieron ser los primeros habitantes de la provincia. Entre las figuras que se encuentran en esta cueva gergaleña destacan algunas muy conocidas en el imaginario de los almerienses, como es la figura del Brujo de la Cueva de los Letreros, ubicada en Vélez-Blanco, si bien, con un estilo totalmente diferente. Si en Vélez-Blanco las pinturas cuentan con sombras, detalles y relieves, las de Gergal son una representación más simple, meramente esquemática.

Así mismo, todas las figuras humanas, representadas en esta cueva gergaleña tienen la peculiaridad de tener sus brazos extendidos hacia el cielo. Guardando cierto parecido con el emblemático símbolo almeriense del Indalo, que también se encuentra en la Cueva de Los Letreros o en la Cueva de Ambrosio. Esta peculiaridad podría ser clave para reescribir el origen de esta figura con las manos arriba y un arco entre sus manos.

A pesar de que las pinturas de Gergal fueron descubiertas hace más de 100 años, no fue sino hasta hace un año y medio cuando el Ayuntamiento de Vélez Blanco decidió hacer un esfuerzo por dar a conocer este patrimonio, permitiendo a los visitantes ver réplicas a escala real de las pinturas en el Centro Astrofísico del Calar Alto. Esta iniciativa ha dado visibilidad a un legado cultural que había permanecido en el olvido durante décadas.

"Es un orgullo ver que estas pinturas finalmente empiezan a recibir la atención que merecen. Esto no solo tiene un valor histórico, sino también cultural y emocional para todos los gergaleños", afirmó Llanos, quien continúa luchando por la preservación y difusión de este patrimonio.

Aunque las pinturas de Gergal habían permanecido en el olvido durante muchos años, su reciente visibilidad esperan marcar un paso importante para su conservación y difusión. Gracias a la dedicación de Manolo Llanos y al apoyo del Ayuntamiento con Antonia Contreras a la cabeza, los almerienses y los visitantes tienen ahora la oportunidad de conocer este importante tesoro prehistórico, que proporciona una ventana única al pasado de la provincia, aunque si bien, también se puede visitar la cueva original donde se encuentran las pinturas reales, aunque lamentablemente, a día de hoy sin guía turístico.

"Este es solo el comienzo. Mi objetivo siempre ha sido que estas pinturas no se queden en el olvido. Ahora que se pueden ver, espero que más personas se interesen por nuestra historia y sigamos trabajando para preservar este legado", concluye Llanos, quien sigue siendo un incansable defensor del patrimonio de su tierra.