Ha muerto Pepe Barranco, un ejidense top

Puso los cimientos de un gran Poli Ejido

Pepe Barranco en el Ayuntamiento de El Ejido celebrando el ascenso del Poli a 2ª B.
Pepe Barranco en el Ayuntamiento de El Ejido celebrando el ascenso del Poli a 2ª B. La Voz
Tony Fernández
07:17 • 19 dic. 2024

Ha pasado por la vida como un hombre bueno. Conocer en El Ejido a Pepe Barranco o a cualquier miembro de su familia es entrar en las raíces de un municipio que ha dado gloria a la provincia de Almería y de eso Barranco, Pepe, sabía mucho. Brilló en el sector agrícola que dominaba a la perfección y cuando le tocó el turno de presidir al club de sus amores lo hizo para cambiar la historia y poner los cimientos de lo que luego sería con Gaby Hidalgo el mejor Poli de siempre. Barranco era para los futbolistas lo que fue para la sociedad ejidense: un empresario triunfador y una buena persona. Alejado del ruido de la gloria el día que su Poli subió por vez primera a Segunda División B de la mano de Juan Manuel Tartilán eligió un segundo plano junto a las autoridades y la afición dando todo el protagonismo a la plantilla celeste. Siempre atento con la prensa y especialmente con aquellos que desde la capital cubrían la gloria del equipo de sus amores. Estuvo el tiempo suficiente para darle sentido empresarial al Polideportivo Ejido y nunca se fue porque formaba parte de ese núcleo duro de empresarios comprometidos con El Ejido y con la entidad celeste.



Era Pepe Barranco un presidente señor que mantenía buena relación con los dos Almerías y con Roquetas o Mármol Macael que competían con el Poli en Tercera. La rivalidad con Barranco de mandatario solo estaba en el campo porque ya se encargaba él de dar cariño a los que visitaban de santo Domingo. Los futbolistas lo adoraban porque era una persona cumplidora con sus promesas y los entrenadores trabajaban con su confianza. Se puede decir que Gabriel Hidalgo aprendió mucho de los valores de Pepe Barranco para luego disparar al club celeste a lo más grande cuando para ver Segunda División iban de la capital hasta El Ejido. Hermano de Gabriel Barranco (q. e. p. d.) pasó por la vida como uno de los grandes impulsores de LA UNIÓN donde los Barranco Fernández daban riqueza a todo el Poniente almeriense. El Ejido nunca olvidará a un hombre tan grande como su legado.



Empresario



José Barranco Fernández no necesita presentación en El Ejido, ya que ha sido uno de los grandes impulsores de la agricultura y ha brillado en el sector empresarial. Un ejidense top que hizo mucho por su pueblo y que era muy querido por su forma de entender la vida y de tratar a las personas. Era eso que antes se decía 'campechano' y nunca puso distancias en el trato hacia nadie. Todo el tejido social del Poniente almeriense estuvo en sus manos en la etapa de dirigente deportivo y supo arrimar el hombro de los empresarios en beneficio del club de sus amores. Lo que ahora se conoce como tejido social ya lo incorporaba a su Poli en los años noventa cuando supo compaginar la vida empresarial y la deportiva.



Presidente



Como presidente del Poli Ejido cambió para siempre la forma de dirigir la entidad y la dotó de estabilidad a base de firmar buenos entrenadores y marcar una hoja de ruta. Su idea era poner los cimientos que aglutinaran a todo el Poniente y con grandes empresarios de diferentes generaciones que le dieron el empujón definitivo. Contó con las instituciones para hacer más grande el club y metió al sector empresarial en la ecuación de ayudas para que no peligrara por temas económicos. Firmaba justo lo que luego pagaba y siempre en un plano discreto rodeado de la mejor directiva para emprender los retos y cumplirlos. 



La mejor de sus obras fue el ascenso a la categoría de bronce con un equipo plagado de futbolistas de calidad y con un entrenador consagrado como Juan Manuel Tartilán. Aquel Poli de la temporada 1990-91 arrasó en la liguilla de ascenso y subía en Cuenca provocando la caravana celeste que acabó en el Ayuntamiento de El Ejido en una gran fiesta deportiva y social. Pepe Barranco nunca descuidó los negocios y cuando hizo lo que se propuso daba un paso al lado y dejaba en las mejores manos al Poli con un Jesús Fornieles (q. e. p. d.) que siguió dando gloria a una entidad que ya era imparable.



Ha muerto a los 78 años y está en el Tanatorio de la carretera de Almerimar.


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